El incendio no se apaga. Siguen “al rojo vivo” los testimonios de dos jugadores a FIFA, en 2011, de que el partido EE. UU. 2-1 El Salvador de febrero 2010 estuvo arreglado por no menos de siete seleccionados salvadoreños; y, según las mismas voces, entre ellos estarían Marvin González y Mardoqueo Henríquez.
Ambos zagueros lo negaron rotundamente, y lo vienen haciendo desde hace años. Exigen pruebas a quienes los acusan, y dicen estar tranquilos. Pero ahora se robustece una duda: ¿Por qué Mardoqueo le mintió al cuerpo técnico y ocultó que estaba lesionado, para así poder viajar a Estados Unidos?
Las dudas provienen de los integrantes del mismo cuerpo técnico, como su preparador físico, el argentino Esteban Coppia, quien habló sobre el tema a fondo ayer, en El Desempate, por Radio 102 Nueve.
“A Mardoqueo no lo conocía, lo había visto con (José Luis) Rugamas (técnico principal entonces) en el partido previo con FAS. No teníamos sospecha de que él había salido lesionado. Por lo tanto, no teníamos por qué sospechar que él estaba lesionado, él en ningún momento nos había dicho que tenía algún dolor”, explicó primero Coppia.
“Él (Mardoqueo) nos dijo que estaba perfecto (en El Salvador, antes de viajar a Tampa), nos mintió en ese momento. En el primer entrenamiento, a los 10 minutos de comenzar el entrenamiento (ya en Tampa), durante la entrada en calor, cae lesionado. Lo llamamos al doctor (Francisco) Amaya, y nos dice que hay que sacarlo del entrenamiento, que hay que hacerle una placa, porque tiene una molestia en el pie (derecho). Luego, se confirmó que era una fisura, que venía del partido con FAS, durante la semana”, continuó el preparador físico.
Por tanto, según Coppia, Mardoqueo viajó sabiendo que no estaba en condiciones de jugar. Y, por su lesión, permaneció en el banquillo, mismo lugar desde donde, según los testimoniantes a FIFA, podrían haber llegado los órdenes para siete “vendidos” de la Selección, que se asegurarían de que El Salvador perdiera el encuentro.
“Él nos tuvo que decir que le dolía mucho, porque una fisura es un dolor infernal. Debió decir ‘me duele’ y entonces no puede viajar, e inmediatamente lo reemplazás”, criticó Coppia, en conversación telefónica desde Buenos Aires. “En el momento, pensaba que el tipo no era profesional en su trabajo, porque ningún tipo profesional le miente a su cuerpo técnico cuando realmente está lesionado. Pensé, ‘este se vino por el viático, por los 400 a 500 dólares que nos daban por los cinco días en Estados Unidos'”, abundó el gaucho.
Coppia agregó que no tiene pruebas contra nadie, y que nunca vio nada sospechoso durante su etapa con Selección Mayor (a lo largo de 2010 e inicio de 2011). Pero sí comentó algo sobre el partido disputado en Ciudad Quesada, Costa Rica, el 12 de octubre de 2010, cuando la Selecta cayó 2-1 ante los ticos.
“Uno cuando está dentro no se da cuenta de estas cosas. Pero me llamó la atención… un penal fue a los 50 segundos. Lo hizo Mardoqueo Henríquez (tocó una bola con la mano). Y el segundo (penalti) fue cuando ya terminaba el partido, en tiempo adicionado, lo hizo el arquero Henry Hernández. Yo no tengo pruebas, no puedo acusar a alguien. Lo que puedo decir es que cuando un jugador está involucrado en tantos casos sospechados de tantos casos, para cualquiera que está fuera, le va a llamar la atención. Siempre los mismos jugadores… ¿Cómo no vas a sospechar?”, lanzó.
El Diario de Hoy intentó profundizar sobre la lesión de Mardoqueo con el mismo zaguero, pero no atendió su teléfono celular. El jueves, Henríquez confirmó a este medio que no jugó ese partido contra EE. UU., en Tampa, porque estaba lesionado, pero no ofreció más detalles.
Mientras el incendio del “Tampa Gate” no se apaga, las sospechas continúan sobrevolando a la Selección Mayor, en un fútbol de por sí en crisis, y que menos levantará si estos actos de corrupción llegaran a confirmarse.