¿Víctimas, malos o corruptos?

[OPINI??N] Cuando la Selecta pierde -y más por goleada, y aún más cuando esto implica una eliminación- hay varias corrientes de análisis, más en estos días donde todo está sospechado

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¿Víctimas, malos o corruptos?

Por Claudio Martínez / @martinezchino

2013-07-22 2:45:13

Cuando la Selecta pierde -y más por goleada, y aún más cuando esto implica una eliminación- hay varias corrientes de análisis, más en estos días donde todo está sospechado. Nunca faltan los que creen que todo es una conspiración de la Concacaf y de los árbitros para perjudicar a El Salvador. Es una posición cómoda.

También están los que creen que se perdió porque algunos jugadores vendieron el partido contra Estados Unidos. Y sí, aunque dé algo de bronca, ese no deja de ser un buen consuelo: no, no es que seamos tan malos como para que Estados Unidos nos gane 5-1, es que los amañadores así lo dispusieron. Sí, también es una posición cómoda, sobre todo sin indicios claros que confirmen que hubo algo raro.

En mi opinión, la Selecta cayó porque enfrente tuvo un rival infinitamente superior. Eso sí debe preocupar, porque esta selección de Estados Unidos ni siquiera es la de las eliminatorias. Anotó 5, pero pudo haber hecho 10. Es cierto que El Salvador tuvo su momento, que hasta podría haber llegado al empate en los minutos iniciales del segundo tiempo, pero la realidad es que entre ambos equipos hay un abismo.

Al final, como en la época de Rugamas, Ruben Israel o Cuate Castillo, la Selecta responde a una lógica: casi siempre le gana a los equipos caribeños (aquí incluyo a Belice), pero no le alcanza para los del escalón superior. Podrá jugar más o menos bonito, pero la realidad es la misma. Hay un muro difícil de saltar.

La Selecta se va de la Copa de Oro con dos derrotas (Honduras y USA), un empate (Trinidad y Tobago) y una victoria (Haití). Es cierto que tuvo cinco palos que podrían haber cambiado en algo la historia, pero la realidad es que sólo convirtió cuatro goles en cuatro partidos, todos por intermedio de Fito Zelaya. De los cuatro, tres de ellos generados de pelota parada: un magnífico tiro libre, un gol de penal y un rebote de un penal que no debería haber sido sancionado.

No está equivocado quien diga que Zelaya fue la gran figura. ¿Detrás de él? Poco y nada. La defensa, ya sea con Purdy o con Mardoqueo Henríquez, nunca estuvo firme. Claro, se vio mejor cuando no la atacaban, pero ante Estados Unidos quedó retratada su ineficiencia. Con dos laterales como Xavi García y Marcelo Posadas, que no suben pero tampoco son una garantía en la marca, y que encima no reciben ayuda de sus volantes, es muy difícil. Para peor, Turcios tampoco estuvo en su nivel.

Otros dos puntos importantes: Zelaya nunca tuvo un buen socio: ni Léster Blanco ni Rafael Burgos llevaron peligro. Tampoco ayudó el pálido torneo de Osael Romero, que en cada partido se apagaba un poco más. También fue perdiendo peso Dustin Corea, sacrificado a la marca, que dejó su lugar a Andrés Flores, el hombre ideal para ese puesto. La dupla Cerén-Menjívar no brilló como en la Copa Centroamericana, pero merece crédito. Para mí, el otro hombre clave fue Dagoberto Portillo. A él le llovieron críticas y hasta se le sumó a la lista de los que supuestamente amañan partidos, pero ante Estados Unidos evitó una catástrofe mayor. ¿Que se vio lento en el gol de Donovan? Sí, es cierto. Pero salvó no menos de cinco ocasiones claras.

“Somos once contra once”, dicen todos antes de enfrentarse a un rival superior. Como si sólo importara la cantidad y no la calidad. Pues está claro que hay diferencia. Ayer fueron cuatro goles, otro día serán dos… y quizás, por qué no, algún día, ya sea de casualidad o jugando bien al fútbol, se le pueda ganar a Estados Unidos. Pero hay diferencia de calidad, de rodaje, de contextura física, de preparación física, y también de variantes tácticas. Algunas cosas son inevitables y seguirán siendo así, en otras se puede trabajar.

Sigo pensando de que se perdió porque enfrente hubo un equipo superior, bastante mejor a pesar de no ser la selección A de Estados Unidos, que acabó por desnudar todas las carencias. Pero claro, pensar que somos víctimas de los arbitrajes, que la Concacaf no nos quiere o que los jugadores vendieron este partido ?insisto, creo que en el pasado hubo amaños en la Selecta pero aquí no sospecho-, es engañarnos a nosotros mismos. ¿Entonces semos malos, como diría Salarrué? Esa fue una frase muy usada en las redes sociales… Pues quizás, para que no suene tan mal, es que no somos lo suficientemente buenos para competir con los mejores. Pero lo peor no es eso: sino que se hace poco por abandonar esa condición.