Reconoce que como jugador tuvo una carrera bastante discreta, de hecho no llegó a jugar profesional. Pero como entrenador funge desde 1997, tiempo durante el cual ha adquirido buena experiencia trabajando con inferiores en su natal Argentina hasta llegar a ser asistente técnico a nivel profesional. Ahora se dispone a dar su aporte a través de su experiencia y conocimientos para ayudar al crecimiento del baloncesto salvadoreño.
¿Qué referencias tiene del baloncesto salvadoreño?
Me comentaron que el baloncesto salvadoreño vivió una época dorada en las décadas del 70, 80 y 90, con buenos equipos y magníficos jugadores, pero que la guerra había frenado de alguna manera el ímpetu que traía y que al presente ha sido difícil retomar. Gente de la Federación como Ismael Ochoa, me están ubicando en contexto.
¿Qué otros aspectos han abordado?
Me han hablado mucho de lo fuerte que fue en el pasado el baloncesto colegial, del arrastre que tuvo y lo que influyó a nivel mayor o de primera categoría. Algo muy distinto a Argentina, porque allá este deporte es fuerte a nivel de clubes, pero bueno cada país con su estructura y lo que estoy conociendo en las tres semanas que llevo en el país.
¿Qué piensan hacer a mediano plazo?
Estoy conociendo la forma y detalles en como ha estado organizado históricamente el baloncesto en El Salvador, cómo está en el presente, cuáles han sido los puntos débiles que no les ha permitido recuperar el nivel organizativo y competitivo que antes tuvieron. Recogida toda esa información tengo que elaborar un plan estratégico de desarrollo que sea viable echar andar no solo en San Salvador, sino a nivel nacional.
Ya se dará cuenta que urge descentralizar este deporte.
Por lo que he conocido hasta hoy teóricamente como está estructurado el baloncesto en El Salvador, no tengo duda alguna que debe salirse fuera de San Salvador y trabajar de la mano con las subfederaciones que ya cuentan. Se debe diseñar un cuerpo de monitores cuyo esfuerzo debe estar enfocado en la buena organización de los torneos regionales o provinciales.
En cuanto a masificación ¿qué han hablado?
Es claro que en el plan de trabajo que vamos a elaborar, el concepto de masificación ocupará un lugar importante. Pero debo decir que si nosotros logramos estructurar bien los campeonatos o torneos provinciales, con sus diferentes niveles, comenzando con los chicos hasta llegar a los mayores; si logramos incentivarlos a todos, la masificación estará implícita. Entonces llegará un momento en que las distintas selecciones nacionales estarán integradas por chicos y jugadores de distintos lugares del interior del país.
Ello requiere de tiempo, ¿cuánto dura su contrato?
En principio vengo por un año pero es prorrogable, en lo que a mi respecto vengo decidido a trabajar de forma continuada tres, cuatro o cinco años, para garantizar que este tipo de proyectos a mediano y largo plazo puedan con solidarse y en esa medida cosechar buenos resultados a futuro. Si se tiene una selección heterogénea, enriquecida con talentos de Santa Ana, Sonsonate y SanMiguel por mencionar algo, las posibilidades de éxito son mayores.
¿Qué otros factores pueden entrar en juego?
La Federación hace su trabajo lo mejor posible, pero para alcanzar el éxito es necesario contar con otros componentes o factores que son claves. Un o es la prensa, con sus criticas constructivas y dando a conocer los nuevos talentos que van surgiendo, cada vez más chicos y jóvenes se van a entusiasmar por jugar baloncesto, entonces el universo irá en aumento. Otro son los patrocinadores, si hay confianza y credibilidad en el trabajo que se desarrolla, se irán involucrando cada vez más y al final ganará todo el baloncesto.