El Jogo bonito ante los herederos

[PREVIA] Brasil-España por el título de la Copa Confederaciones. La esperanza carioca Neymar, ante los genios Xavi e Iniesta

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El jugador de Brasil, Neymar, izquierda, y sus compañeros saludan al público tras vencer 2-1 a Uruguay en las semifinales de la Copa Confederaciones. Foto EDH / AP

Por Agencias / AP

2013-06-30 1:13:31

RIO DE JANEIRO. Jogo bonito y Brasil. Una forma de sentir el fútbol y un país, eternamente ligados en la conciencia colectiva. Pelé, Garrincha, Zico, Sócrates. Nombres propios que forjaron un estilo de juego de lujos, gambetas, espectáculo en función de los resultados.

Hace tiempo que Brasil se olvidó del jogo bonito. Magos como Ronaldinho, que extingue sus últimos trucos con el Atlético Mineiro, son una especie en peligro de extinción, víctimas de una evolución hacia un fútbol más vertical, vertiginoso, de técnicos obligados a conseguir resultados inmediatos a cualquier costa. Gratificación instantánea para un público con déficit de atención.

La final de la Copa Confederaciones entre España y Brasil abre un portal al pasado, presente y futuro. El país que inventó el jogo bonito contra su gran heredero. La esperanza brasileña, Neymar, frente a Xavi Hernández y Andrés Iniesta, dos genios que conquistaron todo con una selección que ocupa un puesto de honor en el panteón del fútbol, para algunos la mejor de la historia.

“La selección de España viene jugando bien, bonito y ganando”, señaló el sábado el timonel de Brasil, Luiz Felipe Scolari. “Todo el mundo quiere jugar bonito y ganar, pero hay veces que eso no es posible. El resultado se queda para la historia, el juego bonito no”.

España, que tomó la cadencia del mejor fútbol brasileño y la potenció con las virtudes de monopolizar la posesión y repartir pases con precisión, buscará el domingo el único título que se le escapó desde que ganó la primera de sus dos Eurocopas consecutivas en 2008, una etapa que incluye la Copa del Mundo de 2010 y una racha de 29 partidos oficiales sin perder que data a la primera ronda de ese torneo en Sudáfrica.

“España tiene una filosofía muy clara de hace muchos años ya, que nos ha dado muchos éxitos”, indicó Xavi, centrocampista y cerebro de la Roja. “El hecho que nos ha dado buenos resultados, nos hace creer mucho más en esta filosofía”.

Brasil tiene otras necesidades, que van más allá de ganar la Confederaciones por tercera vez al hilo. Se trata de darle alas a Neymar y a una selección que el próximo año será anfitriona del primer Mundial en Brasil desde 1950. Y el que no sepa cómo terminó aquel campeonato, sólo tiene que buscar en internet la palabra “Maracanazo”.

“Creo que vamos a mandar un mensaje claro con una victoria mañana”, pronosticó Scolari. “Vamos a mandar un mensaje a todas las selecciones, que estamos en el camino correcto para ir por el título el próximo año”.

La Verdeamarela y la Roja no se enfrentaban desde un amistoso en 1999, y será su primer encuentro oficial desde que Brasil le ganó 1-0 a España con un gol de Sócrates en el Mundial de 1986 en México.

“Es el partido que todos querían”, señaló Neymar, que a sus 21 años carga con la responsabilidad del “10” que alguna vez usaron Ronaldinho y Pelé, y que a partir de la próxima temporada será compañero de Xavi e Iniesta en el Barcelona. “Todo el mundo la quería, y todos estarán viendo”.

Este era el enfrentamiento soñado por fanáticos, jugadores y organizadores desde que se hizo el sorteo de la Confederaciones, y ambos protagonistas lo saboreaban desde la primera etapa.

Brasil ganó todos sus partidos hasta ahora, algunos de forma dominante -como su triunfo 4-2 sobre Italia en el cierre de la primera ronda- y otros con bastantes problemas, como su victoria 2-1 contra Uruguay en las semifinales. España paseó en la fase de grupos pero se las vio difícil ante Italia en semifinales, cuando jugó 120 minutos sin goles y finalmente se impuso en una definición por penales.

“El equipo español es fascinante y sensacional, pero tiene defectos y los vamos a explota”, aventuró Scolari.

Para semejante espectáculo, un escenario de lujo como el estadio Maracaná, remodelado por completo para este torneo y la Copa del Mundo de 2014.

“Una ilusión enorme de estar en Maracaná, en Brasil”, dijo Xavi. “Brasil es el mejor equipo en la historia del fútbol y enfrentarnos a ellos en estos momentos es magnífico. Es una noche especial, una final especial, y nos gustaría ganarla”.

La Roja llega a la final con un día menos de descanso, tras jugar su semifinal el domingo en Fortaleza, un día después que el partido entre Brasil y Uruguay en Belo Horizonte. Súmele la prórroga adicional que disputó, y la balanza debería inclinarse a favor de los anfitriones.

Por supuesto, a estas alturas nadie se atrevería apostar contra esta España.

“Ellos son los campeones mundiales, hay que reconocerlos”, señaló el capitán de Brasil, Thiago Silva. “Pero cualquier cosa puede pasar en una final, y estoy seguro que Brasil estará listo para el partido”.