Antes de cualquier viaje siempre hay una pregunta que me hago: ¿qué se puede comer ahí? Sí, algunos se preocupan por la situación política del lugar (en este caso las protestas en Ankara y Estambul), otros por el tipo de cambio (1.95 liras turcas por cada dólar de Estados Unidos). Pero yo pienso con el estómago antes que con la cabeza, y con Turquía no fue la excepción.
Para conocer un poco de su gastronomía acudí a dos de mis fuentes favorita de información no oficial. Google y Youtube.
Entre las muchas “visorías” me encontré con uno de los programas del chef trotamundos Anthony Bourdain, un estadounidense con tan mala leche y poca paciencia que hacen de cada programa un deleite.
Con sus recomendaciones me sentía seguro, claro, en mis cálculos nunca incluí mi nulo conocimiento sobre el idioma turco y mi pésima pronunciación al atreverme a decir alguna palabra, pero al final el hambre abre las puertas y la comida siempre llega a la mesa.
Mi primer bocado en la gastronomía fue gracias al famoso kebap, un platillo con cordero o pollo (cocinado en un pincho) y arroz que me supo a gloria.
Al andar caminando de un sitio a otro, no siempre hay espacio para sentarse a comer. Fue ahí donde entró uno de los campeones de este viaje: el döner kebap. Este no es más que pollo o cordero cortado y sazonado con especies y verduras. Luego se pone sobre una tortilla gruesa de harina o pita, se acompaña con vegetales y listo. Su tiempo de preparación no excede de un par de minutos y no es necesario sentarse a comer. La comida perfecta para el que viaja.
Pero ninguno de estos platillos supera la satisfacción de un buen çay; el té tradicional en Turquía. No hay un restaurante, comedor o esquina dónde no sirvan una taza a quien lo pida? Y si uno no llega al té, el té llega a ti. Por todo el centro de Trebisonda es común ver a una persona con una bandeja repartiendo la bebida caliente.
Siete días después, mi compañero Claudio Martínez y yo nos hemos vuelto adictos. Creo que ya es hora de otro té, así que vamos a buscarlo, aunque seguramente él nos encontrará primero.