Ángel Orellana tuvo un buen paso en su aventura en el balompié de Nicaragua, pero llegó la hora de tener una oportunidad en El Salvador. Desde el viernes 21 de junio, el salvadoreño tomó las riendas del Real Destroyer, nuevo equipo de Segunda División.
Tuvo a su cargo al Diriangén de Primera División de Nicaragua el año pasado; su buen trabajo en ese equipo al llevarlo hasta la final -la que perdió ante el Real Estelí- le valió para que en Panamá se fijaran en él.
Pasó al Colón C3, siempre de Primera, pero por asuntos personales tuvo que dejar el equipo tras los primeros partidos y regresó a El Salvador.
Tuvo una nueva oportunidad en Nicaragua con el Real Madriz de Segunda, al cual también llevó cerca del ascenso, pero volvió a caer en la final.
Su última experiencia en el fútbol de ese país fue recientemente con el Xilotepetl, pero por incumplimientos en su contrato, decidió regresar a El Salvador.
La directiva del equipo Real Destroyer le dio crédito a su trabajo y le encomendó las riendas del equipo para el nuevo torneo que se avecina.
Ese equipo del departamento de La Libertad le abrió las puertas y ya tiene unos días trabajando. El gerente deportivo de ese equipo es Juan Ramón Paredes, quien siempre tuvo a Orellana como su mano derecha cuando era DT principal.
El entrenador explicó que está entrenando de lunes a sábado en horario de 2:30 a 5:00 de la tarde. Esta semana tendrán visorías en la cancha Chilama para seguir armando el equipo.
Orellana ha dirigido a Once Lobos, Vendaval, Atlético Balboa, Marte, Fuerte Aguilares, entre otros equipos.