Cansados por un viaje de más de 13 horas, la mejor bienvenida para los seleccionados fue ver a sus familiares en el aeropuerto de Comalapa, con camisetas, algunas pancartas, abrazos, besos.
Atrás quedó una gesta, el primer triunfo en un Mundial FIFA de fútbol 11, ante Australia. Adelante, muchos sueños, y un compromiso para los Juegos Centroamericanos y del Caribe del próximo año y la intención de seguir mejorando.
Por fin, Mauricio ?Tuco? Alfaro pudo dormir con tranquilidad, confiesa. Esboza grandes sonrisas frente a las cámaras. Parece otro en relación a los primeros días en Turquía. El estrés ha pasado, y el objetivo de obtener la primera victoria se logró. No se consiguió el sueño de avanzar a octavos de final, pero se dejó una grata impresión.
La sonrisa del ?Tuco? se vuelve aún más amable cuando ve a su esposa, a sus hijos, a su familia con camisetas que dicen ?Tuco Alfaro… fuiste, sos y serás Grande? en la parte de enfrente, y con ?1982 España y 2013 Turquía en la parte trasera?.
La madre de Diego Coca, Carolina, posa para los medios junto a otras madres de los jugadores. Luce una camiseta especial, hecha por una amiga de Diego, que dice ?Selecta Sub-20, Tarihe Geçti (Hizo Historia)?.
Por fin, comienzan a aparecer los seleccionados, y los periodistas y camarógrafos alistan sus equipos y buscan el mejor sitio. No se armó una gran fiesta como cuando vino la Selección de Fútbol Playa, cuarta de aquel Mundial de Ravenna, pero, para los chicos, ver a sus familiares no tiene comparación.
Aplausos, emoción que se asoma en sus rostros y palabras de agradecimiento: ?No tengo palabras para agradecer el apoyo de la gente, el que estén acá también saludándonos?, dijo Olivier Ayala, defensa central, uno de los primeros en salir de los trámites migratorios.
Repiten los jugadores las declaraciones que ya brindaron a los enviados especiales de EDH: el recuerdo del primer gol de Coca; la forma de celebrar de Peña tirado en el suelo; que se pudo hacer más contra Turquía en el debut pero era el local, en palabras del Tuco; que estén orgullosos por lo realizado, según el capitán René Gómez o que han escuchado de ofertas pero en realidad nada en concreto para Jairo Henríquez.
Tras trece horas de vuelo con, con escala en Los Ángeles, el sueño ha culminado al poner pie en casa. Algunos se van directo al hogar; otros, como Fito Menéndez, se marchan a la Fesfut para luego viajar a Santa Ana. ?Qué huelen a turco, no se han bañado?, grita Geovanni Trigueros, auxiliar, en son de broma, aunque con algo de verdad.