El magnético poder de seducción del Mundial Sub 20 Turquía 2013 ha provocado un interesante fenómeno: de repente, como por arte de magia, empezaron a aparecer jugadores nacidos después del 1 de enero de 1993 por todas partes, desde algunos departamentos de El Salvador y también de otros países como Estados Unidos y Australia. Todos buscan un lugar entre los 21 jugadores de la Selección Nacional que a partir del 22 de junio participará en la Copa del Mundo.
Por estos días, los teléfonos del entrenador Mauricio Alfaro y del coordinador Ernesto Góchez no paran de sonar. Aparecen de aquí y de allá. Alguien los recomienda y piden una oportunidad para que los vean, de poder mostrarse? Tras la clasificación en Puebla, el Tuco Alfaro dijo que pretendía reforzar el plantel con algunos futbolistas para el Mundial. ?Sólo pude escoger entre 30 jugadores para armar el equipo?, dijo aquella vez. Bien, ahora tendrá más?
Además de las visorías que hizo en Estados Unidos ?diez de los escogidos se sumarán en los próximos días-, se desató una auténtica fiebre por pertenecer a esta selección mundialista. Y así, en estos días vimos de todo. Desde algunos muchachos que llegaron por su cuenta como Luis Alfonso Funes, que tomó cuatro buses desde Sonsonate y se presentó a la Fesfut pidiendo por el Tuco. Pedía una oportunidad. ?Soy delantero, solo quiero que me vean jugar?, dijo. Después de tres días, aún no había conseguido una respuesta.
Otros, como Edson Cardona ?nacido en San José, California- tuvo más suerte. No tomó cuatro buses, pero sí un avión desde San Francisco para venir a mostrarse. Lo acompañó su padre. Se mostró y se fue, ya que está becado en la Universidad de Santa Clara y tenía que jugar allí. También de Estados Unidos, pero de Florida, llegó Tomás Granitto, nacido en San Salvador de padres argentinos. Su papá, Gustavo Granitto, era profesor de tenis aquí y el joven vivió cinco años en el país, hasta que se mudaron a Florida. Cada uno se paga su boleto aéreo y éste sólo será reembolsado si queda en la lista final de los 21 mundialistas.
Otro caso curioso es el de Mauro Rivas, quien nació en Perth, Australia, de padres salvadoreños. Juega para el Western Knights, de la liga regional australiana, y está muy entusiasmado con vestir los colores de la Selecta. ?Ir a El Salvador me cuesta 3,000 dólares, voy a pedir un préstamo para poder conseguirlos y poder viajar. En la Federación ya me dijeron que me van a ver??, dice Mauro, que se define como un delantero veloz, que le gusta presionar arriba y certifica que ganó la bota de bronce jugando para el Armadale Soccer Club.
Quedan aproximadamente 60 días para que El Salvador emprenda el viaje hacia Europa ?probablemente pasarán una semana en España y llegarán cinco días antes del debut a Turquía- y habrá que hacer la nómina con la cabeza muy fría. Sin ser desagradecidos con los héroes de Puebla pero tampoco que la Selecta sea rehén de ellos. ¿Hasta dónde debe llegar la gratitud y dónde empieza lo estrictamente deportivo?
Son 21, de los cuales tres deben ser obligatoriamente porteros, por lo que solo quedan 18 plazas para jugadores de campo. De esos, hay entre 10 o 12 que son inamovibles ?la base de Puebla y Maikon Orellana, una debilidad del Tuco, que para el Premundial estaba lesionado-, es decir que todavía hay disponibles entre 6 y 8 lugares para un mínimo de 20 postulantes. Por el momento hay ?overbooking?, y siguen llegando jugadores. Ampliar la base nunca es malo: entre más hay, más posibilidades para elegir a los mejores. Pero atención, hay que manejarlo con mucho tacto porque se trata de jóvenes con mucha ilusión y lo último que queremos es que esto se parezca un reality show titulado ?¿Quién quiere ir ser mundialista??.