Una historia de amor con la Azulita de fondo

El salvadoreño Angel Mancía le regaló el anillo de compromiso a su novia rusa en el entretiempo de Turquía-El Salvador

descripción de la imagen
Irina y ??ngel en el momento cumbre. Foto: EDH / Raúl Benítez

Por Claudio Martínez [ENVIADO ESPECIAL DE EDH DEPORTES A TURQU??A] Twitter: @martinezchino

2013-06-24 5:35:58

Angel Mancía nació en Santa Ana pero ya lleva tiempo viviendo en Denver, Colorado. Nunca perdió su afición por la Selecta, al contario, estar lejos de su país reafirmó ese sentimiento patriótico. Después de celebrar la clasificación de El Salvador al Mundial Sub 20, a Angelito se le ocurrió la idea: viajaría a Turquía para alentar a la Azulita y de paso se encontraría allí con su Irina, su novia rusa que habita en Yekaterinburg, Rusia central. Después redobló la apuesta. No sólo se encontrarían en Turquía para ver el debut de la Selecta ante Turquía, sino que él tenía preparada otra sorpresa: se le declararía, con anillo incluido, en el entretiempo del partido.

“A Irina la conocí para mi cumpleaños cuando ella viajaba por negocios en Denver, la ciudad donde yo vivo. Ella nació en Siberia, lugar donde aún viven sus padres, pero por razones de trabajo vive en la ciudad de Yekaterinburg”, comentó emocionado Angel, vestido completamente de azul en las afueras del estadio de Trebisonda. En uno de los bolsillos lleva el anillo mágico.

Irina porta la bandera salvadoreña, se envuelve en ella para una foto y sonríe para las fotos junto a su futuro esposo, aunque ella todavía no lo sabe. “Desde que nos conocimos en Octubre de 2011 buscamos cualquier excusa para vernos. En ese sentido, qué mejor razón que venir a apoyar a la Azulita en Turquía. A ella y a sus padres ahora les encanta todo lo que tiene que ver con El Salvador, empezando por las pupusas. Te puedo asegurar que es la rusa más salvadoreña que vas a conocer. Por eso y por muchas otras razones es que la amo tanto”, continúo Mancía.

A pesar de que estaba decidido a dar ese paso, en el primer tiempo tuvo más nervios que todo el equipo de El Salvador en los primeros minutos. Se había prometido que en el entretiempo era el momento, pero pasaban los minutos y quizás le faltó algo de impulso. Cuando por fin tomó coraje, el árbitro ya había iniciado el segundo tiempo. Angel sacó el anillo y empezó su discurso… De repente la afición empezó a gritar, Angel levantó la vista para comprobar que Turquía, a través de Cenk Sahin, anotaba en ese momento el segundo gol turco.

Angel sólo atinó a poder cara de víctima, de sumo sufrimiento por el gol recibido, e Irina se acercó a consolarlo con un beso en el que sellaron su amor. “Al final salió todo bien, ella estaba llorando de emoción por el anillo”, contó después el salvadoreño. Sin duda una anécdota que recordarán el resto de sus vida y que alguna vez compartirán con sus hijos, que para hacerle honor a ese gran momento debería llamarse Jairo, Rolando, Maikon, o por qué no Cenk.