Como si se tratara de un resort del Caribe, una de las grandes atracciones del Novotel Trabzon ?lugar donde se aloja la Selecta- es su bellísima playa en las costas del Mar Negro, un mar que, como se sabe, tiene más forma de lago que de mar y que su color no es negro sino azul o verde oscuro.
En fin, seducidos por esa belleza, los enviados de EDH Deportes decidimos empezar por allí el recorrido en vídeo sobre el nuevo hogar de la Selecta en su primera sede. A pesar de no estar alojados allí, el personal de seguridad del hotel nos permitió atravesar el jardín, la zona de piscinas y llegar a la playa. Cuando estábamos tomando las primeras fotos y nos disponíamos a filmar, una persona barbada gritó y llamó en turco a alguien más señalándonos.
Entonces se acercó alguien, y no precisamente para darnos la bienvenida: en un modesto inglés nos decía que era imposible que hagamos tomas de la playa o nos quedáramos en ella a menos que le pagáramos cinco dólares cada uno.
?¿Y vos quién sos? ?, preguntamos al unísino. ?Soy el que cobro, esto es propiedad privada, no tiene que ver con el hotel. Son cinco dólares??, insistió. ?¿Pero la playa es tuya??, le dijimos. No entendió demasiado y frustrado por no hacerse entender dio luz verde para las fotos y se marchó, casi con seguridad insultándonos en su idioma.
Al día siguiente encontró otras dos víctimas? Tuco Alfaro y su ayudante Giovani Trigueros salieron a caminar por la playa, como para relajarse? No imaginaban que todo terminaría en una bronca. Desde el momento que Alfaro puso un pie en la arena, apareció el cobrador. ?Yo no le entendía y él a mí tampoco? Pero era claro que nos quería cobrar 5 dólares a cada uno por caminar por la playa? ¿Estás loco?, le dije como pude en inglés?, explica Tuco.
Y a pesar de que el hombre le hizo una considerable rebaja (ahora cinco dólares, pero por los dos), el Tuco no estaba dispuesto a pagar: ?¿Y esa m? es tuya que me vas a cobrar por caminar por la playa??, replicó el técnico, quien cansado de la discusión con el turco dio media vuelta y volvió a su cuarto. Ahí acabó el día de relax.