Semillero de arena

En la Barra de Santiago, Ahuachapán, se ha creado la primera escuela de fútbol playa del país. Mundialistas como Frank, Darwin, Baudilio y Homer (hermano de Frank) colaboran en impulsar el proyecto

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El entrenador Salvador Morataya da indicaciones. Sus alumnos, atentos a sus indicaciones. Foto EDH / Omar Carbonero.

Por Varinia Escalante / Twitter: @Vskalant

2013-07-22 4:08:03

BARRA DE SANTIAGO. Pies descalzos, rostros llenos de arena con sudor deslizando por sus frentes y ojos vivarachos que no desprenden la trayectoria del balón. Así, muchos niños y niñas de la Barra de Santiago pelotean al ritmo de una voz que los dirige, y tratan de hacer su mejor esfuerzo para ?tecniquear?.

Es el momento de disfrutar de la modalidad de playa, puntuales a las 4:00 de la tarde, los lunes y jueves. Es la hora en que la comunidad más pequeña del lugar entra en acción para entrenar en la Escuela de Fútbol del Complejo Educativo Barra de Santiago (Efucebas) y crear historia para el país en general.

A las órdenes del entrenador Salvador Morataya, y en el estadio de la localidad, muchos adolescentes y jóvenes están aprendiendo a ser futbolistas de playa en la primera escuela de esta disciplina que se ha creado en el país. La zona occidental, donde la Azul de Playa tiene a mundialistas como Frank Velásquez, Darwin Ramírez y Baudilio Guardado, sigue al pie del cañón en la formación de futuros genios del balón en la arena. Pero también, en la búsqueda de formar a mejores personas.

Por el momento, la escuela tiene un total de 150 alumnos, tanto femenino como masculino, y comparte el lema: ?Convivir más que competir?.

Educación y deporte

Tiene un semestre desde que comenzó a trabajar la escuelita barreña (2013), que está bien organizada y tiene toda una estructura y objetivos claros.

Morataya detalla que hay varios niveles con los que se realizan las prácticas, y todos son alumnos del Centro Escolar local. Los niveles van de acuerdo con las edades: uno (8-10 años), dos (10-12), tres (12-14), cuatro (14-18) y cinco (18 y más años), estos últimos sobre todo porque ya no pueden entrar en competencia en torneos estudiantiles. Y las sesiones son a doble turno, de acuerdo con si estudian por la mañana o por la tarde.

Por ello, están los entrenamientos ya descritos por las tardes, y se suman los de las 7:00 de la mañana de los lunes.

?Enseñamos los fundamentos de la modalidad, a los más pequeños no los desgastamos con lo físico, sino que nos enfocamos más a que aprendan a pegarle bien al balón con ambos pies, a que la bajen, a que hagan un buen pase, a cabecear?, detalla.

Sin embargo, aclara que no se deja de lado que también realizan partidos, acorde a los niveles establecidos. Esto ayuda a que se vayan descubriendo en qué posiciones son mejores o cuáles les gustan más a unos y a otros: ?Así ya tenemos vistos como a tres que les gusta jugar en la posición de porteros?.

?Tenemos niñas también que entrenan con nosotros. Eso es bueno para que se integren todos por igual y que aprendan a compartir y a generar valores?, añade.

Según Morataya, ?este es un proyecto con visión, en el que se quiere que los alumnos no anden en vagancia, pero también aquí están los futuros Frank, Tin, jugadores que van tras sus pasos. Cuando ellos terminen su carrera, por ahora, ¿quién está para relevarlos? No hay nadie, y nosotros estamos en esa formación?.

Influencia de genios

En la Efucebas tienen un rol importante los seleccionados y ex seleccionados nacionales de playa ahuachapanecos. Con sus experiencias, Frank, Darwin y Baudilio han sido parte del desarrollo y promoción de la misma y de influir positivamente en los chicos. Además, también está muy activo Homer Velásquez, hermano de Frank, quien incentiva a los muchachos ?a no dejar el estudio y a aprender a dominar el fútbol playa?.

?Con mi hermano y con Darwin y Baudilio se imparten charlas motivacionales, cada cierto tiempo, a los niños. Se les cuentan historias de cómo se ha crecido en esto, cómo éramos en la escuela y cómo hay que superarse. Eso los alegra y entusiasma?, manifiesta Homer.

?Aprendemos de todo aquí y nos ayuda a ser mejores personas. Esperamos seguir en el proceso porque ojalá algún día estemos en la selección y podamos jugar por el país?, dice Marlon Salazar, de 12 años y alumno de Efucebas.

?Si uno no sabe pegarle, le enseñan, y a bajar la pelota, pero más a no andar en nada malo. Es un sueño estar en la escuelita, y nos gustaría ser como Frank y llegar lejos?, sostiene Boris Avilés, de 10.

Por su parte, la chicas están orgullosas de ser las primeras en este concepto playero. ?Somos pocas y eso nos hace felices porque disfrutamos jugar, valorar el deporte, ya que esto para las niñas no existe?, afirma Milagro Solórzano, de 14.

Un proyecto que espera seguir creciendo y abonarle en grande al país, en un futuro no lejano.