Hay cuatro selecciones en eventos importantes. La Sub 20 está por iniciar su ruta en Turquía; la Mayor debutará en Copa Oro en julio; la Playera jugará su cuarto Mundial en Tahití, en septiembre; y la Femenina Sub 17 disputará el Premundial.
Qué bueno por nuestro fútbol y los protagonistas de estas selecciones, qué bueno por la afición, que tendrá azul y blanco en acción para ilusionarse; qué bueno por los medios… Pero qué malo que nuestro fútbol siga igual, que no haya discusión ni acción para que vengan cambios profundos, para que de verdad ocurra una reforma en nuestro deporte rey.
La Fesfut está ocupada en administrar a estas selecciones y sus retos, conseguirles fogueos, logística, canchas para entrenos, alimentación, etc. Es lógico, es su función y debe hacerlo. Pero, cuando El Salvador fue eliminado hacia Brasil 2014, en estas páginas hicimos hincapié en que era (sigue siendo y será) necesario que nuestro fútbol inicie un cambio estructural en distintos aspectos, que vayan más allá de las competiciones del momento.
De eso, poco o nada. Temas como ligas menores, mejor infraestructra, formación de verdaderos clubes, etc., continúan sin ser abordados con seriedad. Y sin eso, seguiremos cosechando los mismos resultados. Señores, abran los ojos: estamos igualitos. Igual de mal.