Parte de mis primeros recuerdos del fútbol remiten a aquellas madrugadas donde Argentina resistía a dormirse por un partido de fútbol nación en un Mundial Juvenil. Fue cuando un flaquito y colocho Diego Maradona levantaba la Copa en Tokio, en uno de los mejores equipos que recuerde el colectivo albiceleste, con, entre otros, Ramón Díaz, Carabelli (ex FESA) y el Pichi Escudero, sí el mismo que hasta hace muy poquito dirigía al Santa Tecla. Corría el año 1979…
Los mundiales Sub-20 estaban en su niñez. Apenas habían nacido dos años antes, en 1977 en donde una Unión Soviética guiada por Bessonov le ganaba la final a México de Placencia. Otros nombres para recordar de aquel primer Mundial juvenil, el brasileño Edvaldo, el italiano Giovanni Galli y el uruguayo Rubén Paz…
Ese experimento FIFA de apenas 28 partidos en un país con poca tradición futbolística, salió redondo. Y a partir de allí, se hizo ininterrumpido cada dos años hasta esta edición 19 en tierras turcas que da inicio este viernes. Las mejores figuras juveniles de todo el mundo se dieron cita en temporadas impares para demostrar sus capacidades emergentes, para dar una idea al mundo de lo que eran capaz de hacer en el futuro. Así desfilaron, a través de sus ediciones Lionel Messi, Luis Figo, Adriano, Xavi y muchos etcéteras. También hubo quienes vivieron la gloria Sub-20 y después nunca terminaron de despegar.
Los recuerdos, brotan, caprichosos y a riesgos de ser injustos: así, vienen a la mente las coronaciones de la dinastía brasileña a inicios de los 80, con Geovani y Silas como figuras, las apariciones de Prosicneki o Salenko, como parte de la Europa olvidada, que acompañaron las irrupciones de Yugoslavia y Rusia, la dinastía Pekerman en Argentina campeona del 95 (Sorín) y 97 (Riquelme), el primer gran grito español en Nigeria 99 (Xavi, y con un Casillas suplente de Aranzubia), los campeonatos albicelestes de 2001, 2005 y 2007, con descollantes Saviola, Messi y ?Kun?, respectivamente. El Brasil de Dani Alves; África al poder de la mano de Ghana y Adiyah y la última estrella brasileña, con los goles de Henrique en 2011. Hoy, 36 años después de Túnez, es tiempo de Turquía…