Un templo sagrado

Siempre es agradable llegar a un lugar donde lo que predomina es el aroma a grama recién cortada, y más si se combina con el perfume que deja una larga fila de hortensias que recorre el campo de juego por todo lo largo. A tres días del partido debut, el escenario del partido inaugural sigue mejorando su cara a pasos agigantados, algo que el viernes los jugadores salvadoreños tendrán la posibilidad de comprobar cuando hagan ese formalismo llamado ?reconocimiento? del estadio unas 24 horas antes del partido.

El césped está impecable, las líneas acaban de ser prolijamente pintadas, las porterías ya están en su lugar y un grupo de trabajadores monta los bancos de suplentes como solicita la FIFA mientras otro le da los últimos pincelazos de pintura a los accesos. Casi todo está listo. De hecho, las vallas perimetrales ya tienen impresas los nombres de Colombia y Australia, que son los dos equipo que abrirán el fuego. Un par de horas después, se supone, serán cambiados por los de El Salvador y Turquía.  

En este estadio del Trabzonspor ?cuarto equipo en importancia en Turquía-, muy inglés de antaño en su arquitectura y con los mismos colores que el Aston Villa o el West Ham, la selección Sub 20 de El Salvador empezará a escribir su historia en este Mundial. Los jugadores salvadoreños no ven la hora de conocerlo. ?¿Es muy grande??, pregunta ansioso Fito Menéndez. ?Solo lo conocemos por foto?, agrega Roberto González.

A pesar de que la FIFA lo llame Trabzon Stadium, el verdadero nombre es Hüseyin Avni Aker y homenajea a un maestro y político de los años 40 que además fue un gran impulsor de los deportes en la región. ?Adelante, bienvenidos?,  parece decir Adan, uno de los empleados de seguridad que le abre las puertas a EDH Deportes y que como el resto de sus compañeros no habla nada de inglés.

Construido en 1941, el estadio ha sufrido varias modificaciones hasta plantarse en 24,169 espectadores, que se supone que estarán totalmente ocupados el sábado por la noche ?mediodía de El Salvador- cuando arranque el partido.

Adan, el primer guardia de seguridad que dice más ?sí? que ?no? en toda la historia, sigue abriendo puertas. Primero el camerino del árbitro, luego el de los oficiales de FIFA. ?Pasen?, pretende decir con su mano, incapaz de decir una palabra en español pero haciéndose entender. La siguiente puerta es la sala de conferencia de prensa, que está a mitad de camino entre los vestuarios de ambos equipos. Todo está listo: el rótulo de fondo con los patrocinadores, los micrófonos, las sillas en el lugar exacto? Sólo falta que ruede el balón, lo más importante de todo.