Se disputaron los primeros noventa minutos por el ascenso, donde Ciclón del Golfo se colocó un paso adelante. Los unionenses derrotaron, en el Marcelino Imbers, (1-0) a Dragón, que deberá ganar por diferencia de dos goles para revertir la suerte.
El ambiente en el estadio Marcelino Imbers no fue el mismo de la primera vez, hace dos semanas, cuando se disputaba el titutlo del Clausura, en la Segunda División. Ahora la serie reiniciaba con el objetivo para subir, pero al que a la afición no le terminó de convencer. El escenario se pintó en un 70 u 80% de su capacidad.
El clima sí era el mismo: alta temperatura, cielo despejado, sin ninguna amenaza de lluvia, los cuales hicieron que la afición se mantuviera en constante ?hidratación? con las cervezas y gaseosas.
El partido pintaba para un buen espectáculo. El equipo local ya mostraba la mano del argentino Jorge ?Chiquilín? García. Empezando con ciertos movimientos en el esquema titular, que abonaron a la gran actitud del equipo, que desde el primer minuto salió en busca del resultado.
Segundos corrían de haber iniciado el partido, cuando Dragón movió, tocó hacia atrás y ante el atenimiento defensivo, los atacantes unionenses robaron la pelota, dejando en la penetración a Omar Amaya, quien al llegar al área, no pudo definir ante el achique del portero Felipe Amaya, quien con el cuerpo rechazó la pelota.
A partir de esta jugada, fueron aproximadamente quince minutos los que pasó Dragón encerrado en su sector, por la presión del equipo local, que contó con otras oportunidades para abrir el marcador.
En el minuto dos, de la banda derecha, salió un centro a media altura que aparentemente pegó en la mano del central dragoniano Domingo Álvarez, pero que el árbitro central no sancionó a pesar de los reclamos de los jugadores en la cancha, banca y afición del Ciclón, quienes exigían el penal.
Más tarde, en un tiro libre, Nelson Reyes disparó directo a portería, con un remate que dio un pique que complicó al portero Amaya, quien no pudo tomar el balón, dejándola suelta en el área, que no fue rematada por jugador local y si rechazado por la defensa.
El ímpetu del Ciclón fue decayendo, mientras Dragón se fue soltando la presión, la cual con cierto desorden la habían aguantado para mantener su portería a cero y consiguiendo la primera jugada de ataque, en el 16?, con un disparo desde fuera del área de Aurelio Vásquez.
El suspiro del ?Chiquí? García demostraba la presión que el equipo tenía al comenzar esta serie de local, mientras que por el otro sector, el técnico Mario Martínez pedía calma a sus muchachos con su peculiar ?tranquilo men?, mientras los auxiliaba con un movimiento de manos.
El momento de aflicción, Dragón lo había superado y a partir del minuto 20, el partido se había vuelto más parejo, con constante llegadas de ambos equipos pero con peligrosidad esporádica por cada uno, en el que sobresalió un cabezazo de Bladimir Osorio, en un tiro de esquina, que detuvo sin problemas el meta del Dragón.
Aurelio Vásquez, el jugador más peligroso del Dragón, se retrazó para recoger balones desde la media cancha y llevar peligro a la portería rival, sin embarto el impulso solo aguantaba para acercase al área y sacar un disparo, con el que Rommel Mejía volvió a inquietar al portero Aguilera, para que este detuviera el balón, a los cuarenta minutos.
Gol de banquillo
Con el resultado en blanco, merecido por lo que ambos equipos habían mostrado, al término del primer tiempo, llevó a un amplio análisis de los cuerpos técnico, en el descanso, del que se derivó una sustitución con la llegada de Rafael Flores, por Linares.
Ciclón tuvo un nuevo aire, pero una polémica le ahogó el grito de gol. A los 50 minutos, Reyes ganó un pelota, sobre línea final en el área, al mismo tiempo que fue jaloneado por el central ?Mingo? Álvarez.
El central Bonilla sancionó penal y amonestó a Álvarez. Pero el referí fue llamado por la línea dos, Emperatriz Ayala, quien había señalado que cuando la jugada ocurrió la pelota ya había salido y se tenía que realizar saque de puerta, por lo que Bonilla tuvo que corregir y hacer lo que su asistente había decretado.
Como era de esperar, tras tomada la decisión vinieron los reclamos de la afición local, misma que generó algunas fuertes discusiones entre los mismos simpatizantes del Ciclón.
Los unionenses mantuvieron el empuje y se volvieron a acercar al gol, en el 71?, cuando un cabezazo de Baloy fue salvado de la línea por Edwin Ortiz, manteniendo el negocio del Dragón, que se complementó aguantando en los minutos finales, quedándose con el contragolpe.
Sin embargo, estas jugadas mostraban ser el aviso de que Ciclón quería ganar el partido y la insistencia se convertiría en la virtud.
Eso llegó en el 77?, en un tiro de esquina cobrado por la izquierda. La pelota rebotó y no fue despejada por la defensa migueleña, siendo encontrada por Rafael Flores, quien definió de chilena, ante la marca de tres zagueros mitológicos.
Explosión de alegría en el Imbers y no era para más, después de tanto sufrimiento. En el banquillo se soltaron la presión, mientras a los muchachos en la cancha le pedían que tuvieran calma y más lejos la pelota de su área.
Pero la defensa unionense se reestructuró atrás y la media cancha se retrasó, para colaborar en defensa, mientras Dragón adelantó líneas para buscar el empate. Sin embargo este no llegó y quedará la hazaña para la vuelta, en San Miguel.