Hay equipo

El Salvador empató 1-1 con Iraq. Tuco ya tiene claro cómo jugará ante Turquía en el debut. Lo bueno: por fin jugó Maikon Orellana y el buen gol de Jairo. Lo malo: le anotaron otro gol de cabeza.

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La Sub 20 nacional cerró sus fogueos con un empate de 1-1 ante Iraq. Foto EDH: Claudio Martínez.

Por Claudio Martínez [ENVIADO ESPECIAL DE EDH DEPORTES A TURQU??A] Twitter: @martinezchino

2013-06-17 5:12:03

La Selecta Sub 20 cerró su preparación para el Mundial de Turquía con un empate 1-1 ante Iraq. El partido, el último de la serie de tres disputados en el Emirham Sport Complex de Antalya, tiene varias lecturas, muchas de ellas positivas.

Entre ellas, el debut de Maikon Orellana, una de las cartas ofensivas que hacía ilusionar al Tuco Alfaro y que ayer finalmente pudo jugar por primera vez, y desde el arranque. El buen gol de Jairo Henríquez también es para celebrar.

El partido se pareció más al de Uruguay que al de Malí, donde El Salvador controló el partido y los tiempos. Al igual que contra los charrúas, la Selecta no tuvo la iniciativa y muchas veces perdió en la batalla del mediocampo. Tuco Alfaro hizo tres cambios respecto del último partido. Uno obligado, el de Zavaleta por Olivier Ayala, que tiene una molestia física; Otros dos, tácticos. Metió de entrada a Diego Coca y a Maikon Orellana en vez de Granitto y Romilio Hernández. Un equipo más ofensivo, aunque probablemente no sea el que debute con Turquía, donde en teoría utilizará un esquema más precavido para frenar el ímpetu local en los primeros minutos.

Ante Iraq quedó demostrado que El Salvador tiene dos jugadores desequilibrantes (probablemente tres, cuando veamos en su dimensión a Maikon): Diego Coca y Jairo Henríquez. Una combinación entre ambos derivó en el gol de Jairo, que apareció por izquierda, engañó a todos los que esperaban un centro y metió un tiro cruzado para el 1-0. Hasta ese momento no había llegado mucho el equipo cuscatleco y tampoco llegaría demasiado después de eso. De hecho, Iraq había sido más incisivo y tuvo las ocasiones más claras de anotar.

Cuando parecía que moría el primer tiempo, y la charla del Tuco en el vestuario iba a ser más plácida con el 1-0 llegó el gol iraquí. Suad Natim, de cabeza, al 44? igualó todo. Otro gol en contra generado por una pelota parada.

Uno más? ?Nuestro problema son las jugadas de pelota parada?, había confesado el capitán René Gómez en una entrevista que publicará la FIFA en su sitio. Y sigue sin resolverse. Para Alfaro, una parte de ese problema no tiene solución. ?Qué le vamos a hacer, todos son más altos que nosotros y nos ganan de arriba. Nosotros trabajamos esas jugadas, pero también pasa por la contextura física. Lo que le pedimos a los muchachos es que en esas jugadas traten de desestabilizar al rival, de manera que no les sea fácil cabecear?, explicó el entrenador.

No obstante, Tuco consideró el 1-1 con Iraq como el mejor partido de los tres disputados en Turquía. ?Me voy conforme, el equipo ya juega como quiero, aunque obviamente nos faltan afinar cosas? Pero ya tenemos volumen de juego. No, hoy no va a haber regaños?, dijo.

Salvo las pelotas aéreas ?que no es poco- y alguna falta de coordinación entre el portero y los defensores, el equipo lució bien ante un Iraq para nada despreciable: juega, toca, son atrevidos y se fueron de Antalya sin perder ningún partido (empate 0-0 contra Uruguay, 5-3 a Nueva Zelanda y 1-1 con El Salvador).

Es evidente que al equipo todavía le faltan respuestas futbolísticas: genera pocas llegadas como producto del funcionamiento colectivo, y eso debe preocupar un poco. Contra Iraq volvió a quedar en evidencia: además del gol, una del Puma Peña y otra del Óscar Rodríguez y nada más. A veces, todo queda a expensas de lo que puedan generar individualmente Coca y Jairo y cuando ellos se apagan nadie ilumina al equipo. La incorporación de Maikon Orellana también ayudará a tener más agresividad adelante.

Sea como sea, al margen de los resultados ?dos empates y una derrota 0-1-, El Salvador llega al Mundial sabiendo que puede ser superior a algunos e inferior a otros, como lo han demostrado estos fogueos, pero que las diferencias no son abismales ni para arriba ni para abajo. Ese es un buen punto de partida para empezar a creer.