No iba a ser fácil el partido. Lo habían anunciado los propios protagonistas. La paridad entre estos dos equipos y una especie de revancha por lo sucedido en Ravena 2011, le ponían un morbo especial a este juego. Argentina llegaba con el pergamino de ser el campeón de Conmebol, por arriba del candidato de todos, Brasil. No era poca cosa. Y El Salvador con el brillante cuarto puesto en Ravena como antecedente.
Y el partido no defraudó a las expectativas. Fue duro, exigido, jugado al límite y al máximo de las posibilidades. Fue un juego entretenido para las cuatro mil personas que estuvieron en el estadio Tahua To’ata. Elmer Robles fue el primero que probó a marco en el juego. Pero su disparo se fue muy alto. Sin embargo, eso alcanzó para levantar al puñado de 15 aficionados salvadoreños que estaba en la parte superior del estadio.
Arrancó bien el partido para Argentina. De movida se puso en ventaja el equipo gaucho con el peligroso Leguizamón, quien aprovechó que Wilber no llegó a un cierre para establecer el primero.
El ingreso de Frank Velázquez cuando no se habían cumpliido cuatro minutos de juego le dio otra tónica. Sus jugadas comenzaron a preocupar a los albicelestes. Argentina también metió ssu variantes, e ingresaron los experimentados hermanos Hilaire, uno de ellos decisivo en el primer período.
Federico Hilaire hizo una gran jugada por izquierda y definió al ángulo de Herbert Ramos. Inatajable. Fue el segundo golpe de agua fría. Argentina enseguida se puso arriba con dos goles de distancia. Pero eso no alteró la moral del equipo ni de los jugadores. A seguir luchando.
Por eso, fue Frank el que más cerca estuvo. Se la tapó justo Marcelo Salguiero, el muy buen portero gaucho que volvió en su mejor nivel para este mundial. A Frank lo cerraban entre varios y no la pasaba bien con la férrea marca de la albiceleste.
Membreño lo perdió de forma increíble, cuando le quedó una pelota cerca de la línea. Otra vez salvó Salgueiro.
En el inicio del segundo período, el tercer golpe. De Ezeyza a los 12? puso un gol que parecía sentenciarlo todo. Sin embargo, en el fútbol playa, no hay que dar por sentado nada. Y mucho menos si están en cancha estos Guerreros.
Apareció la fantasía cuscatleca. Un taquito de Robles para Frank estuvo cerca de convertirse en el descuento, sobre todo después de que tiró el centro el propio Frank y por milímetros no llegó Robles a conectar. A sus espaldas, se escuchaban los gritos de apoyo de los aficionados cuscatlecos, que también contagiaron a algunos locales.
Descuento y esperanza
Un remate de larga distancia cruzado de Elías Ramírez se fue muy cerca. Argentina se dedicaba, en tanto, a hacer tiempo. Paraba la pelota lo más que podía e intentaba controlar el resultado. Hasta que Elmer Robles le robó la pelota a Leguizamón y puso el descuento a falta de 6 minutos para termine el segundo período. Fue una luz de esperanza.
El Salvador fue el dominador claro de ese segundo período. Mantuvo el control y la albiceleste se limitó a jugar hacia atrás y buscar pelotazos del portero hacia sus hombres más adelantados. El Tin le pegó como sabe en un tiro libre. Y otra vez Salgueiro, que ayer se vistió de salvador en el equipo sudamericano.
Argentina tuvo su chance: otra escaada de Federico Hilaire alcanzó a rozar en los dedos de Herbert Ramos. El poste se encargó de desviar definitivamente el balón del arco cuscatleco.
Pero otra vez, un nuevo gol argentino en inicio de período. Un remate largo y colocado de Medero puso el cuarto para los gauchos.
Luchó y buscó la Selecta por todos los caminos. Intentó Frank una y tora vez (un remate suyo besó el poste izquierdo de Salgueiro y otro apenas arriba del travesaño). Pero no encontró los caminos y el reloj empezó a ser su peor enemigo. Argentina hizo su negocio enfríando el juego constantemente. Y asustaba con remates de larga distancia.
No fue el debut esperado. Esta vez no llegaron los goles de Frank y Tin. Un 4-1 que duele. Sin embargo, a no desesperarse. Esto recién empieza y el ejemplo del mundial anterior marca que un paso en falso en el primer partido puede ser el punto de inicio para la remontada como equipo. Ravena debe servir como ejemplo. El Salvador tiene material para hacerlo nuevamente. Se puede.
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