Sin embargo, un par de jugadores que disputan la Copa Mundial de Beach Soccer de la FIFA Tahití 2013 con Países Bajos protagonizan un guión insólito dentro del fútbol de élite. La pareja en cuestión (Roel y Diego Liefden) no son hermanos, ni primos, sino que son… padre e hijo.
Roel saltó a la cancha el jueves en el duelo contra Islas Salomón a la increíble edad de 46 años y 7 meses. Su hijo Diego, de 23 años, no salió a jugar en ese primer compromiso, pero en caso de hacerlo en Tahití 2013, la familia Liefden se apuntará un récord sin parangón en la historia de los campeonatos de la FIFA, como el primer dúo de padre e hijo que compiten juntos en una cita mundialista.
Da igual la edad si te sientes joven
Roel, nacido en Surinam y criado en Rótterdam, no parece alguien que esté ubicándose al frente de la lista de los jugadores más viejos, y tampoco juega como tal. “Es realmente genial ser el jugador de más edad en la historia de un Mundial de fútbol playa”, declaró a FIFA.com el simpático Roel, sonriendo ante la idea de su condición única.
Su contagiosa sonrisa se hizo aún más amplia al sacar el tema de jugar junto a Diego. “Estoy muy orgulloso”, afirmó sobre la rápida progresión de su hijo en el escalafón del fútbol playa holandés. “Cuando empezó a jugar al fútbol tenía como 8 o 9 años, y entonces pensé que sería bonito jugar juntos. Ahora estamos aquí en Tahití jugando la Copa Mundial de Beach Soccer, y es bastante especial estar de pie juntos para escuchar el himno nacional”.
Diego, por su parte, está igual de maravillado por la increíble coincidencia de sus carreras. “Jamás imaginé que un día jugaría con mi padre en la selección, y menos todavía que estaría con él en un Mundial; y es algo bastante especial. Por desgracia, no jugué contra Islas Salomón. Espero saltar a la cancha en el próximo encuentro”.
Sin margen de error
Tras quitarse de encima los nervios de su debut en una Copa Mundial de Beach Soccer de la FIFA, el combinado de Países Bajos debería sentirse más cómodo este sábado contra El Salvador, así como en el último encuentro del grupo, contra Argentina dos días más tarde. La derrota inicial implica que el equipo no puede permitirse otro tropiezo, pero Roel cree que el sueño sigue estando muy vivo.
“Ahora tenemos que ganar. El equipo sabe perfectamente lo que ha de hacer, y estamos concentrados en el próximo encuentro contra El Salvador”, aseveró. “Va a estar complicado, pero tenemos que ganar”.
La larga carrera de Roel con diversos clubes de la liga holandesa vino seguida por un tardío paso a la modalidad sobre arena. “Dejé de jugar al fútbol 11 hace dos años, pero un jugador se lesionó y el equipo necesitaba un defensa. Para jugar a este nivel tienes que estar bien preparado; especialmente en el caso de un jugador más veterano”.
Roel indicó que esta será sin duda su última Copa Mundial de Beach Soccer de la FIFA, pero dada la inverosímil eclosión tardía de su carrera, nadie descartaría un regreso de este jugador que parece siempre joven…