Juventud Independiente es la buena noticia en estas dos jornadas que lleva el campeonato. A decir verdad, ya se veía venir de un equipo que está trabajando en silencio, sin estrellas, sin ínfulas de grande, con responsabilidad desde su directiva hasta su equipo, pasando por el cuerpo técnico.
Me dirán que no tenía nada que decir, que esta columna es producto de la goleada que le propinó al campeón ayer, pues no. El campeonato pasado estuvo a punto de clasificar a semis; pero lo más importante es que es uno de los equipos sin problemas de deudas con sus jugadores, uno de los equipos comprometidos con su afición, la que le responde sin importarle cómo vaya en el campeonato.
Otros dirán que Metapán también es ejemplo, tal vez sí, pero lo de Juventud Independiente es rescatable desde el momento que confecciona un equipo acorde con sus posibilidades económicas, un equipo que no tiene nombres rimbombantes, que tiene obreros, un equipo como los que necesitamos en este fútbol provincial que nos entretiene y, a veces, nos apasiona.
Hoy Juventud Independiente pareciera que está recogiendo los frutos de una cosecha largamente cuidada, ojalá que sus jugadores no se vayan a “elevar” y le den a esa institución lo que se merece.