La gloria es de ellos

El equipo se volvió uno solo al final para festejar. Hubo dedicatoria especial para todo el país

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La gloria es de ellos

Por Varinia Escalante, enviada especial a Puebla, México

2013-02-28 5:28:53

Cuando llegó el tercer gol de la Azulita, a cargo de Jairo Henríquez, quien marcó doblete, la locura se volvió al banquillo salvadoreño. Todos los jugadores se volcaron a felicitarse, a abrazarse, a envolverse en la felicidad de conquistar algo realmente histórico. Único.

Este grupo de 20 jugadores, que dirige Mauricio Alfaro, lo peleó y lo buscó hasta el final. Atrás quedaba el recuerdo del triunfo ante la misma Panamá, hace varios meses atrás (4-3), pero ésta vez lo estaban volviendo a cumplir por algo más grande.

Dos de los mismos protagonistas volvieron a encarar a los canaleros, Henríquez y José Ángel Peña, lo que terminó en un sueño cumplido y real.

El equipo se rindió, cuando el central pitó el final del juego, al centro del campo y festejó por doquiera, después de tocar la gloria con sus manos.

Con lágrimas en sus ojos, los jugadores también se acercaron a la tribuna para celebrar y con palabras entrecortadas demostraron que estaban viviendo con intensidad esos segundos.

El volante Diego Coca, quien llegó de cambio al complemento, derramaba lágrimas y tuvo tiempo para hablar con voz ronca y sincera: “Esto se lo dedicamos a todo El Salvador”, gritaba.

“La verdad, esto que estamos viviendo es único, es algo con lo que habíamos soñado desde chiquitos y lo estamos logrando. Sabíamos que lo íbamos a cumplir”, expresó con voz quebrada.

Además, Coca añadió: “No lo puedo creer, no tengo palabras para describir lo que siento, gracias a Dios lo logramos. Es para todo el país, para mi mamá, para mi papá, para mis hermanos, para todos, que lo disfruten”.

Por su parte, la figura de la noche, Jairo -el autor de los dos goles- mostró una sonrisa espléndida, a pesar de que también ya había compartido lágrimas con la selección.

El 7 nacional expresó de entrada: “Otra vez, Dios estuvo conmigo. Al principio entré no contundente a la hora de tener el balón, pero en el segundo tiempo logré mi objetivo que era volver a anotarle. Desde un principio, ellos habían apostado mucho a que se les iba a hacer daño y así fue”.

Sobre el transcurso del partido, Jairo contó: “En el camerino, se hablaron muchas cosas, de que era un sueño único, que era una sola oportunidad y no la podíamos desperdiciar, y teníamos que salir a demostrarlo”.

En cuanto al festejo final, añadió que fue algo “único, nunca se había clasificado a un Mundial juvenil, ahora se cumplió y se lo dedico a toda la afición salvadoreña”.

Felicidad sin límite

Por su parte, el guardameta Rolando Morales contó su otro lado de la moneda. Tuvo que sufrir un tiro de penal tempranero, después otro penal más, pero luego sus compañeros doblegaron esfuerzos y vio desde el lado opuesto los goles que ahora los tienen en el Mundial.

Morales declaró: “Agradecidos con Dios y con todos los salvadoreños que nunca dejaron de creer en nosotros, siempre el apoyo incondicional y de Fesa también. Se cumplió el objetivo que se había planteado desde un principio, desde que salimos de El Salvador y ya estamos en Turquía”.

“En el segundo tiempo, veía el reloj, ya esperaba los últimos 30 segundos y el árbitro (risas) creo que ingrato nos dio seis minutos, y esperaba esos últimos minutos en los que creo que cada segundo los vivía como que eran un minuto y después salimos felices, llorando, por esa alegría que le hemos dado al pueblo salvadoreño”, contó.

En cuanto a cómo le dieron vuelta a los papeles, para salir adelante, el portero cuscatleco manifestó que se dijo que “si queríamos clasificar al Mundial, teníamos que levantar el nivel, porque no nos lo merecíamos como jugamos en el primer tiempo, y en el segundo levantamos el nivel. El profe nos regañó, como todo entrenador, y eso nos levantó el ánimo, el orgullo, nos tocó el corazón para sacar adelante la camisa de El Salvador”.

Sobre qué pasó en el camerino y en el autobús de regreso al hotel, Morales dijo que se tiraron agua, celebraron, se felicitaron y lo vivieron con intensidad.