Porque no se necesita ser niño para disfrutar de una fantasía, que sin soñar, se me convirtió en realidad. Viajar a Europa, conocer el estadio Santiago Bernabéu, ver en primera fila a las grandes figuras del fútbol mundial, disfrutar de la “Liga de las estrellas”.
Además, conocer la cultura de este país, parte de las costumbres y la nieve… Todo esto no tiene precio, pero sí el costo la bendición da.
Sin perder de vista el objetivo principal de este trabajo, que es informar a diario, también se dan los gajes del oficio que antes mencioné y pude compartir a la par de grandes chicos, a los que puedo considerar mis amigos, por la confianza que me brindaron.
Los logré conocer un poco, pero también lo suficiente para aprender de cada uno de ellos. Historias diferentes, que con humildad se vuelven una sola.
Gran admiración me hicieron sentir los chicos de San Isidro, San Miguel: Walter, “Necta”, “Nito”, “??arra” y Jonathan. Porque con poco se han hecho grandes, a pesar de la corta edad.
Y porque no me queda más que agradecer: a Dios, a Fundamadrid, a esta empresa El Diario de Hoy, a mis jefes y compañeros por la confianza. Además, a mis padres, mi novia y su familia y a mis amigos, por el apoyo.
Estos son los momentos que quedan enmarcados y escritos con letras de oro.