Continuando con el otro lado de esta aventura, hoy conoceremos a cuatro integrantes más de esta delegación de Fundamadrid: Omar Argueta, de 17 años, de la sede de San Isidro; Javier Espinoza, de 16, de Antiguo Cuscatlán; Dennis Miranda, de 16, de la Escalón; y Kevin Melgar, de 15, de Soyapango. Todos son compañeros de cuarto en este viaje y en ellos se unen la seriedad y la alegría, gracias a sus mismas condiciones de vida.
Argueta, de San Miguel, lo más lejos que había llegado era San Salvador. Es el más bromista del grupo, pero eso es porque en él siempre está reflejada la tranquilidad y confianza de sus padres. Estudia mecánica automotriz en el bachillerato y con este viaje está viviendo una experiencia particular: perder el miedo a las gradas eléctricas.
?Nunca antes me había subido y hasta hoy lo estoy haciendo. Siento como que me voy a caer?, explicó.
El otro integrante es Javier Espinoza, quien disfruta del viaje desde el momento que se subió al avión. Es de los pocos que está ya en la Universidad, tratando de obtener la licenciatura en educación y deportes, en la Pedagógica.
No vive con sus padres, Jaime e Hilda, que están en Estados Unidos y no los ve desde hace cinco años, aunque no pierden la comunicación, la que también ha crecido con esta experiencia. Da la curiosidad que Espinoza es sobrino del profesor a cargo de la delegación, Jorge Espinoza.
Dennis Argueta vive otro momento de consuelo, con este sueño con Fundamadrid. Es el segundo del grupo que lastimosamente tiene a sus padres fallecidos y se concentra en este viaje, con ese peso. Es el más pequeño del grupo, pero siempre atento para colaborar con todos.
El último es Omar Argueta, quien estudia informática en el Colegio Don Bosco, para ser un profesional en esta especialidad, bajo la voluntad de Dios y el apoyo de sus compañeros. Mañana, más de estos jóvenes y sus sueños.