SAN SALVADOR. Luego de la gris actuación de la Selecta ante Paraguay busqué un artículo que escribí el 18 de agosto de 2005 para El Diario de Hoy sobre aquella otra derrota 3-0. La verdad es que, además de repetirse el mismo resultado, muchas otras cosas no tampoco han cambiado.
Es cierto que esta selección fue bastante más armada que aquella? Pero después, es solo cuestión de cambiar nombres: donde dice Ciudad de Este es Asunción, donde dice Saturnino Cardozo es Óscar Cardozo, donde dice Juan José Gómez es Dago Portillo, donde dice 115 en el ranking es 96, y donde dice 20,000 dólares es otra cifra que jamás se conocerá. Lo invito a que lo lea y saque sus propias conclusiones.
Dimos lástima
La Selecta recibió otra dura bofetada ante Paraguay, que, aparte de los tres goles, le generó 20 ocasiones claras para anotar y le dio un baile histórico. El portero Juan José Gómez, flojo en el primer tanto, evitó una goleada aún mayor con grandes tapadas
Por: Claudio Martínez
La Selecta parece haber encontrado al fin su rol en el seno del fútbol mundial. El partido de anoche contra Paraguay lo confirma. Seguramente, a partir de ahora le lloverán ofertas para más amistosos. El fax de la Fesfut se atascará de tantos pedidos de los más diversos lugares del mundo.
Es que la Selección de El Salvador es el rival ideal para cualquier equipo que necesite levantar su autoestima. Por apenas 20,000 dólares ?eso es lo que recibió por el juego?, el equipo nacional es capaz de hacer borrar la crisis de cualquier selección en sólo 90 minutos. Resultado garantizado.
Paraguay necesitaba un rival débil para derrotar con facilidad y así reconciliarse con su gente e ir ganando confianza para el próximo juego contra Argentina por las eliminatorias. Y ahí apareció El Salvador. Al fin de cuentas, no es tan malo ser el 115° del ranking de la FIFA. Si estuviéramos en el 45°, nadie nos tendría en cuenta.
El triniteño Jack Warner, presidente de la Concacaf y dueño de una astucia descomunal, fue el primero en darse cuenta. Trinidad y Tobago acababa de contratar a Leo Benhakker y para su presentación, en la que necesitaba imperiosamente una victoria contundente para inyectarle ánimo a su gente, eligió a El Salvador. Luego, el Huracán Adrián frustró el viaje y evitó la goleada.
Esta vez, en Ciudad del Este, el huracán estuvo dentro de la cancha: fue la selección de Paraguay, que dejó en claro por qué un equipo está cerca de clasificar al Mundial y el otro quedó eliminado hace ocho meses.
El equipo de ?Maño? Ruiz sofocó a la Selecta hasta la humillación, desnudando su precariedad e improvisación para hacerle frente a un rival que le quedó demasiado grande.
Los cuscatlecos salieron a hacer lo habitual: jugar a no perder, a refugiarse en el fondo con la mayor cantidad de hombres y dejar en manos de la Divina Providencia la posibilidad de marcar un gol. Sin coordinación atrás, sin precisión en el medio y sin presencia ofensiva, la Selecta hizo lo que pudo. Y pudo poco.
Marcador engañoso
Lo mejor que se trae la Selección de Ciudad del Este ?además de 20,000 dólares, obvio? es el resultado: el 0-3 no refleja para nada el desarrollo del partido.
Al 23?, Edgar Barreto envió un centro envenenado desde la izquierda que ni los delanteros ni los defensores lograron tocar, lo cual desconcentró al portero Juan José Gómez, al que la pelota le sorprendió y se le coló entre sus piernas. Era el 1-0. El segundo llegó al 45?, cuando ya moría la primera etapa y el resultado sabía a hazaña.
Pero un desborde de Salvador Cabañas encontró el pie de Nelson Haedo ?en posición dudosa? para poner el 2-0. El tercero fue obra de Julio Dos Santos, quien cabeceó sin marca un tiro libre de Edgar Barreto para poner cifras definitivas.
Pero el análisis del partido va más allá del marcador. Durante la mayor parte del tiempo parecía un juego de frontón. Se jugaba sólo en campo salvadoreño, donde los nuestros resistían las embestidas guaraníes como podían.
Los locales generaron exactamente, sin contar los tres goles, 20 ocasiones claras para anotar. Fueron al 15?, 31?, 34?, 36?, 41?, 42?, 43?, 44?, 47?, 51?, 54? (dos), 55?, 57?, 70?, 73?, 76?, 77?, 82? y 90?.
Dos veces falló Paredes, otras Cabañas y Haedo, Gamarra se lo perdió de cabeza o Barreto remató por arriba. Pero fue Juan José Gómez, flojo en el primer gol, quien tapó ocho situaciones claras de Paraguay. La prensa guaraní lo consideró el mejor y no dudó en afirmar que de no haber sido por él, ?el resultado hubiera sido catastrófico?.
Ante semejante dominio abrumador, El Salvador sólo llegó dos veces con cierto peligro. Un remate de Víctor Merino Dubón y un zurdazo de Manuel Martínez, ambos en la segunda etapa.
¿Culpa de quién?
A pesar de que era evidente la diferencia de nivel, la culpa de la humillación no la tiene Miguel Aguilar Obando ?hacía su debut como entrenador? ni los jugadores, a quienes enviaron a una guerra armados con tenedores de plástico, a exponerlos al ridículo.
Una irresponsabilidad que tiene un claro responsable: la junta directiva de la Fesfut, que organizó este partido sin medir las consecuencias, sólo pensando en los 20,000 dólares.
No está mal que la Selecta juegue y mucho menos ante rivales del nivel de Paraguay, pero es suicida mandar a un equipo que llevaba seis meses de no entrenarse y que entró al campo de juego sin ni siquiera haber hecho una práctica juntos.
Por si fuera poco, arrastraban el cansancio un viaje extremadamente agotador, que demandó más de 26 horas antes de llegar al destino. Jugar en esas condiciones ante un adversario que lleva más de dos años de trabajo, con una base sólida y jugadores con mucho rodaje internacional, es exponerlos a un pelotón de fusilamiento.
Por suerte, Saturnino Cardozo y Roque Santa Cruz, los dos delanteros titulares, se lesionaron durante la semana y nos evitaron más dolores de cabeza.
Pero ahora eso poco importa. Porque, al fin, la Selecta encontró su nicho: levantador de autoestima de equipos es crisis. Quizá el próximo rival sea Inglaterra, que necesita lavar su imagen después de la tremenda paliza que le dieron en Dinamarca. Además, ellos pagan en libras esterlinas, que cotizan mejor que el dólar. ¿Hace falta visa para llegar a Londres?