El tercer puesto en la Copa Centroamericana habla de un muy buen resultado que no debe esconder algunas deficiencias en el juego. Aplaudir una ubicación final que pocos esperaban -esperábamos- no exime de marcar errores puntuales y también marcar aciertos y buenos rendimientos.
Azul sí: al juego colectivo asociado y al toque al ras de piso, algo que se había perdido con Israel y Cuate Castillo. La Chochera hizo hincapié en ese aspecto y se trató de evitar el pelotazo en todo momento.
Azul no: A la poca profundidad que mostró el equipo. Se lateralizó mucho y se careció de verticalidad. Dos goles en cuatro partidos habla de falta de definición, pero también de falta de chances.
Azul sí: Dos duplas que pueden rendir sus frutos en torneos más exigentes: Mardoqueo -uno de los puntos más altos de la Copa- y Granadino en el fondo. Y la doble contención de Menjívar-Cerén fue otra de las gratas sorpresas azules en Costa Rica.
Azul no: La ofensiva fue lo menos rescatable en todos los equipos y la Azul no fue la excepción. Burgos había arrancado bien ante Honduras pero luego se fue desdibujando. Ni Léster ni Nelson Bonilla sobresalieron como sus acompañantes. Tienen nivel para mejorar. La Selecta los necesita.