USULUTÁN. Corría el minuto 39 del complemento cuando el defensor de Juventud Independiente Juan Carlos Granados cayó lentamente al engramillado. De inmediato, los gritos de su compañero Cristian Esnal alertaron que algo no estaba bien con el zaguero opicano.
De inmediato entraron los cuerpos médicos de ambos equipos, cuando ya un compañero de Granados intentaba darle respiración artificial y otros abanicaban con sus camisas.
Versiones no oficiales hablaban de un golpe de calor sufrido por el zaguero que había provocado la pérdida de conciencia del jugador, por lo que fue necesario trasladarlo al hospital nacional San Pedro, de esa ciudad, donde después informaron que estaba estable, pero en observación.
Y es que la tarde de ayer en Usulután estuvo especialmente calurosa.
Lo cierto es que, según el técnico Ramón Sánchez, el médico del equipo le informó que el jugador presentaba, ya en el primer tiempo, un cuadro de presión en el pecho y que no se sentía bien.
“Yo le pregunté al médico y luego a él (Granados) si se sentía bien y él me dijo que sí, por eso decidí que siguiera”, dijo Sánchez al final del partido, visiblemente preocupado.
Afortunadamente sólo fue el susto y ya el jugador está estable, pero seguramente necesitará más chequeos.