Pasada la fiebre de un clásico que nada tiene que ver con el fútbol de El Salvador, la Selecta, el verdadero “clásico” del fútbol criollo sigue su camino rumbo a la gran final del viernes. La cuenta regresiva de la última semana se inicia entre apoyos varios, jugadores convencidos y críticas mediáticas.
Ellos, los jugadores parecen tenerlo claro: será el partido más importante del año para la azul. Y sólo sirve un resultado, ganar. Es cierto que con el empate e inclusive la derrota, todavía habría “vida”, pero en el horizonte aparece como eliminación todo lo que no sea victoria en el Cuscatlán.
Se ha escuchado y leído de todo: críticas al sistema de entrenamiento, a los descansos programados y hasta al método de utilizar en entrenos a la Sub-17. Algo hay que dejar claro: no son “amistosos” ante la juvenil; son ensayos donde se pretende aceitar funcionamientos. El sistema de practicar con selecciones menores lo utilizan la mayoría de Selecciones del mundo e inclusive viajan como “sparring” a Mundiales. El técnico, a diferencia de su antecesor, no responde demasiado a las críticas y está seguro de su trabajo. Un síntoma saludable.
A pesar de que la ausencia de Arturo Álvarez se vislumbra como un error, la Selecta va con todo. El verdadero “clásico” de El Salvador no fue ayer en el Camp Nou; se verá el viernes en el Cusca.