Se fueron como favoritos y regresaron con un cuarto lugar que sabe a mucho menos que aquel de Ravenna en 2011. No son pocos los que ya han empezado a criticar al equipo de Rudis Gallo. Que se agrandaron, que perdieron la humildad, que se contagiaron de la otra Selecta… Por suerte, no hay motivos para pensar que haya pasado algo de eso. Las tres derrotas ?ante Venezuela, Paraguay y Perú- hay que buscarlas más por el lado de lo deportivo que por la falta de ganas o actitud.
Siempre he repetido que la humildad, si bien es un gran valor, no necesariamente hace ganar partidos. Así como la falta de humildad tampoco hace que se pierda. De ser así, Cristiano Ronaldo no sería el segundo mejor jugador del mundo en la actualidad. En fin… Más allá de cómo se vean así mismos los jugadores de la Selecta Playera, lo cierto es que tienen que aprender a vivir con el rótulo de favoritos que le colgarán cada vez que enfrenten a otro rival con menos experiencia o menos historia, y les puede pasar lo que les ocurrió en estos Juegos Bolivarianos de Playa.
Ser favoritos ?algo que uno no elige- implica que todos hagan lo imposible por ganarles, y habrá que convivir con eso. Ahí está la grandeza, hay que demostrarla. Si se analizan como fogueos, estos de Lima han sido de una gran experiencia, pero por sobre todo una gran lección: el resto del mundo también avanza. Alguna vez escribí que gran parte del éxito de esta Selecta es que tomó en serio este deporte antes que muchos otros países y ha trabajado muy bien desde entonces. Pero claro, el resto ha empezado a despertarse y se necesitarán más acciones para seguir en la vanguardia, de lo contrario primero los igualarán y más tarde los superarán. El reto es evitar eso.
Aunque muchos creen que la Eliminatoria en Puerto Vallarta será un trámite, también estos resultados son una señal de alerta para indicar que el panorama está complicado. El fútbol playa es un deporte donde generalmente los resultados son muy apretados y cualquier detalle puede hacer la diferencia entre ganar o perder un partido. Recuerdo que en la Eliminatoria pasada, en el partido clave ante Costa Rica, con el partido empatado y con el reloj agonizando, los ticos metieron un tiro en el palo que habría significado no ir a Ravenna. En la siguiente jugada llegó el gol salvadoreño con que se logró el boleto a Italia y el pase a la final.
No hay razón para pensar que se va por el mal camino, aunque algunos resultados asusten un poco… Eso sí, los rivales cada vez serán más difíciles por eso de ser favoritos y por el crecimiento que han tenido los otros. Pero la Selecta ha entrenado a tiempo completo durante un período prolongado, ha tenido fogueos de nivel durante todo el año y hay un proceso de renovación de jugadores que es evidente. Rudis Gallo sabrá mejor que nadie lo que tiene que hacer para llegar a la Eliminatoria en la cresta de la ola. A veces hay victorias que restan porque disimulan errores. Y también hay derrotas que suman, porque permiten corregir a tiempo y enderezar el rumbo. Esperemos que lo de Lima haya sido esto último.