Pequeños detalles

[Diario de viaje] Por estos días, las calles chapinas se adornan de muchos colores y adornos navideños

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La navidad se vive en la capital guatemalteca. Imagen EDH: tomada de internet.

Por Varinia Escalante, enviada especial de EDH a Petapa, Guatemala/Twitter: VSkalanT

2012-12-11 5:30:55

La avenida Reforma luce a todo esplendor por las noches, con guías intermitentes o fijas, que llaman la atención de los chapines.

Mientras un árbol de navidad, quizás de 12 a 15 metros, ha sido decorado en el redondel, desde donde se erige como atracción principal y a donde muchos se dan cita para fotografiarse.

Pero si bien cuando el sol se oculta la vida parece más alegre, de día nadie se da cuenta de los artículos que cuelgan de los árboles o de las coronas que se despliegan alrededor de los cables de energía eléctrica.

Ahí, aparece el otro color tan típico de este país, el de los indígenas que hacen la diferencia cultural.

Pasar al lado de una mujer que habla su propio dialecto produce envidia. Ver a un niño de cinco años conversado con su hermana de 16 en la esquina de un semáforo, tal vez en achi’, kaqchikel, k’iche’, Q’eqchi’ o en alguna otra lengua, genera identidad de admiración. Y ver cómo un padre toma de la mano a su hijo y le habla en español, pero segundos después también en un dialecto local permite un aplauso.

Sumado a eso, lo que ya se conoce: la típica vestimenta, la mujer cargando en la espalda a su pequeño en una manta, y los tocados en colores brillantes y de lana.

Mucha riqueza a la vista, para el deleite de pocos. Cuántas pinceladas de vida que se deben disfrutar. De esos detalles que hacen distinto el día a día.