SAN SALVADOR. Josep Moratalla estuvo casi una década jugando en la Primera del Barcelona, tiene siete títulos en el club catalán y hoy es uno de los directores del campus Barcelona en El Salvador, que se está dictando con gran éxito en Las Delicias, Santa Tecla. Ayer habló con EDH en el programa “El Desempate”.
¿Cómo los está tratando El Salvador?
Bien, nos está tratando de maravilla. La verdad que la gente es muy hospitalaria y a los profesores que vinimos desde Barcelona nos está mostrando su afecto y cariño en todo momento.
¿Cuántos entrenadores vinieron y cuál es el trabajo que están realizando en el país?
Tres entrenadores, que llevamos bastante tiempo ya trabajando con la escuelas internacionales del Barcelona. Vinimos a aplicar un poco la metodología que el Barcelona imparte también en el FC Barcelona y en todos los lugares del mundo para que en El Salvador se conociera cuál es esa metodología que tantos éxitos está dando a nivel mundial. Mañana (por hoy) se clausura el campus en Las Delicias pero nosotros nos quedamos una semana más también estamos trabajando con ellos. Las inscripciones siguen abiertas.
La pregunta obligada es si ha podido ver un talento escondido…
Estamos habituados a que nos pregunten eso. Nuestra función es aplicar la metodología y además elaborar un informe de todo el campus, campo de entrenamiento, organización. Y también de cualidades de los jugadores, si hay alguno que destaca por encima de los demás. Y con ese informe nosotros aportamos al club al regreso. Y ellos, si hay algún talento que nosotros hemos destacado , el fútbol base está coordinado para hacer el seguimiento. Normalmente el club no se precipita en ninguna incorporación, sino que se hace un seguimiento largo para tener un amplio conocimiento, no tanto de las características del jugador, sino de muchísimas otras cosas de carácter, de personalidad. Cosas que el club considera muy importantes antes de incorporar a cualquier jugador.
¿Qué significa haber sido jugador y ahora estar en la familia del Barcelona?
Creo que es una ventaja tener esa suerte y esa vivencia acumulada. Desde los 10 años hasta los 21 estuve en todas las categorías del Barcelona, escalando cada una de esas categorías y eso me da muchísimo más conocimiento. Aparte de ser catalán también y de conocer muy bien cual es la filosofía del Barcelona y cual es el sentimiento barcelonista. Esta es una de las cosas que intentamos transmitir a todos los chicos del mundo y en este caso concreto de El Salvador. Aparte de intentar aplicar parte de esa metodología, los conocimientos técnicos y tácticos que está utilizando el Barcelona en estos momentos y que como mínimo en esta semana que trabajamos vemos una progresión importante de los chicos que van adquiriendo esa base de conocimiento.
También se apunta a la diversión…
Claro, se trata de que los chicos la pasen bien, se diviertan mucho. Nosotros intentamos ayudarle con juegos de balón dinámicos y aparte que tengan gran experiencia y progresión.
Usted que se especializa en fuerzas básicas, sabrá que en El Salvador justamente se carece de canteras…
Es la base de todo. Que el jugador se forme bien, que haya gente capacitada para la formación de los chicos que empiezan, que progresen y que sea un beneficio para la Selección nacional. Y allí tenemos una ventaja en Barcelona porque los clubes dependen un poquito de cada entrenador que tienen, la aplicación de su metodología y la capacidad de entender el fútbol. Nosotros hace años que estamos haciendo lo mismo. Desde la escuela de fútbol base hasta la Primera tenemos una línea clara y definida. Los chicos cuando vienen, avanzan mucho con esa línea definida. El fútbol base hay que potenciarlo, buscar capacitación de entrenadores. Los jugadores de la casa son los que levantan el fútbol nacional.
El Barcelona es ejemplo a nivel mundial de su trabajo con las canteras…
Si viera cualquier equipo de la escuela del Barcelona o cualquier categoría con otra camiseta, cualquiera diría ?es un equipo del Barcelona?. Y eso es muy importante. Todo saben que el Barcelona le da importancia a la posesión del balón, a llevar la iniciativa del juego y querer mandar a través de conceptos técnicos y tácticos en el terreno de juego. Y eso es lo que también se aplica en las categorías inferiores. Nos interesa mucho que dominen técnicamente el balón pero que también tengan talento o idea táctica para entender el juego y la progresión futbolística sea más rápida
Ha visto chicos en distintos lugares del mundo, ¿puede mencionar cualidades de los salvadoreños?
Ellos tiene motivación y ganas de conocer la metodología. La van entendiendo y a medida que se trabaja el nivel técnico, ellos mismos van mejorando su rendimiento. Sólo con capacidad técnica no es suficiente si no se entiende el concepto del juego. Y damos ejercicios que les enseñan a pensar siempre. No queremos jugadores que sean como robots, sino que intentamos ayudarle a que ellos encuentren las soluciones adecuadas de acuerdo a las circunstancias del juego.
Fuiste jugador en la década del 80, ¿tuviste la oportunidad de estar con el Mágico?
Si, tengo un recuerdo sensacional. Coincidimos dentro de la época cuando él estuvo en Cádiz y en Valladolid. Recuerdo que nosotros en ese enfrentamiento nos proclamamos campeones en Valladolid. Un penal que detiene Urruti al Mágico y ahí nos proclamamos campeones de liga. Compartimos una gira y lo único que no pude convivir porque se dio la coincidencia que la plantilla se repartió, una parte se quedó en Barcelona para jugar la Copa de la Liga, donde fui capitán del equipo. La otra parte del plantel, con Mágico y Diego se fueron a Estados Unidos.
¿Cómo fue compartir el vestuario del Barca con Maradona?
Tuve ese gran honor y ese gran privilegio de haber estado jugando en esos dos años que Diego estuvo en el Barcelona. Aunque la gente piense a veces que es soberbio y prepotente, la verdad es que como compañero con nosotros, el trato era sensacional y espléndido. El nunca quería marcar la diferencia y marcar que estaba por encima de los demás, sino que era uno más del grupo. Eso a nivel de convivencia. En cuanto a nivel futbolístico, era el mejor jugador del mundo sin discusión.