SAN SALVADOR. El San Marcos evitó a toda costa ser sorprendido por la Universidad Tecnológica (UTEC), su rival en la gran final del Torneo Apertura 2012 de primera categoría masculino, tras derrotarle anoche en el segundo partido y se coronó campeón una vez más.
Ambos quintetos saltaron a a la duela del Gimnasio Nacional “José Adolfo Pineda”, dispuestos a ofrecer a la afición otro duelo digno de una final, tal cual sucediera con el primer partido disputado el jueves anterior y que también ganara San Marcos.
Los dos equipos comenzaron el partido con buen ritmo, con buena marca en la parte defensiva y ofensiva mostraron un poder equilibrado, los de la UTEC ganaron el primer cuarto con cifras apretadas de 21 a 20.
Desde el comienzo, jugadores como David Jhonson y Jorge Loucel, con 30 y 15 puntos respectivamente anunciaron con su trabajo en la cancha, que habían llegado para triunfar y prolongar esta serie final.
Mientras tanto por San Marcos, Óscar Rivera y José Orellana, con 30 y 15 puntos respectivamente, también dejaban en claro que si su rival quería llevarse la victoria, debían dar el máximo, pero ahí estaban ellos para evitarlo a como diera lugar.
Esta vez los cuatro períodos resultaron bastante parejos en cuanto al marcador, pero la emoción aumentó sobre todo en el tercero y cuarto, cuando los integrantes del equipo universitario apretaron las marcas y tanto Jhonson, como Jorge Loucel y Julio Mancía, comenzaron a multiplicar su trabajo en defensa, recuperando una muy buena cantidad de balones, que luego se traducían en veloces jugadas ofensivas, que lastimosamente en la mayoría de las veces, no terminaron en canastas y al final lo lamentaron.
Quizás fue en este renglón donde la UTEC perdió en momentos oportunos, varias ocasiones de poder empatar el marcador, pero sus jugadores fallaban de forma constante bajo el aro, Carlos Valle, Erles Gómez, ambos pasadores intentaron una y otra vez con los tiros de larga distancia, pero la puntería les falló.
San Marcos, mientras tanto fue todo lo contrario, jugadores como Rivera, José Orellana y Enrique López, mejoraron su efectividad bajo el aro y esto fue determinante para ganar y adueñarse del título.