El partido del sábado pasado entre el Fulham y el Wigan de la Premier League tuvo un hecho curioso.
No fue el resultado final, tampoco fue protagonista ningún pseudoaficionado, nada de eso. Ben Watson (Wigan) y Steve Sidwell (Fulham) se encargaron de chocar y podar el césped justo donde estaba el árbitro Lee Probert.
De inmediato Probert pidió la asistencia ante la salvaje entrada. Después de sufrir semejante maltrato en carne propia, ¿Qué pasará por la mente de Probert esta semana?.
Y con ustedes, la escena del crimen.