Gil Mosquera: “Es Dios quien ha abierto esta puerta”

Después de un duro accidente en 2009, Mosquera vuelve a Primera. El colombiano ya respondió con un gol a la confianza de Marte

descripción de la imagen
El delantero colombiano resucitó junto a Marte en el último minuto para anotar el 2-1 ante Firpo.

Por Carlos López Vides

2012-07-17 2:24:31

SAN SALVADOR. El sábado 29 de mayo de 2009 marcó un antes y un después en la vida del colombiano Christiam Ali Gil Mosquera. Viajaba en la carretera hacia al Puerto de la Libertad, la velocidad jugó una mala pasada, y el auto se estrelló en la base del puente Melara. Mosquera terminó con costillas rotas y golpes en la cabeza; en el hecho perdió la vida uno de sus mejores amigos, su paisano y futbolista Alexander Obregón.

Mosquera estuvo en coma por cinco días. Tomó fuerza en la fe en el Creador para salir adelante. Y ahora, poco más de tres años después, el delantero tiene la oportunidad de regresar al fútbol de Primera División, en Marte, al que ya respondió con el gol del triunfo ante Firpo, el domingo.

“Gracias a Dios, porque Dios es el que da la oportunidad, Dios me ha dado esta bendición. Ahora, hay que aprovecharla al máximo y corresponder con mucho trabajo y con muchos goles”, reflexiona el atacante, de 32 años.

Lo de Mosquera es casi milagroso, porque no cualquiera juega en Primera, y mucho menos después de pasar por tan duro trance.

Mosquera vino a El Salvador en 2005, para enrolarse con el Vista Hermosa, que fue campeón en ese Apertura, su primer torneo en Liga Mayor. Después, pasó al San Salvador FC, que descendió en 2008; llegó al Balboa y después al Platense, en Segunda, cuando apareció ese duro accidente en su camino.

Un año después, recuperado, jugó en Limeño y después emigró al fútbol de Guatemala, con el Zacapa. “Ese equipo acababa de descender y fue una difícil experiencia, los directivos habían dejado al equipo solo. Me regresé a los cinco meses y arreglé con el Vendaval de Apopa”, en la Liga de Plata de nuestro país.

Ese era su último equipo en una carrera que parecía extinguirse, hasta que “el Chiquilín” García le dio la oportunidad de ponerse la azul bandera del Atlético Marte.

“Es Dios quien ha abierto esta puerta, siempre coloca ayudadores, toca esos grandes corazones, como ahora aquí en Marte. Este equipo está para grandes cosas, está muy bien conformado, por cada puesto hay dos jugadores de nivel”, confía el cafetero.

Entró de cambio y anotó el gol del triunfo ante los toros. Es Gil Mosquera, el goleador, más vivo que nunca.