Una silla sin respaldo

OPINI??N: Cambiar de entrenador no siempre es la mejor solución para un equipo en crisis, pero sin duda es la manera más sencilla de intentar dar un cambio de timón

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El problema de la Selección viene de rato pero la gente culpa al Cuate. Foto: EDH / ARCHIVO

Por Claudio Martínez / @martinezchino

2012-10-22 2:53:03

Basta con rescindir el contrato del que está ?pagar la indemnización, en el caso que corresponda- y poner a otro. Hay veces que funciona, como la contratación de Diego Simeone en el Atlético de Madrid, que con el mismo plantel que tenía Gregorio Manzano ha transformado al equipo hasta convertirlo en el campeón de la Europa League y de la Supercopa de Europa. Y hay otra veces que no funciona, como por ejemplo el Palermo, cuyo presidente, el inefable Maurizio Zamparini, ha despedido 26 entrenadores durante su gestión y sólo ha generado más inestabilidad.

Esto viene al caso porque en los próximos días se decidirá la continuidad de Juan de Dios Castillo al frente de la Selecta. El mexicano quiere seguir y tiene contrato que lo vincula con la Fesfut hasta diciembre de 2013. De hecho, no sólo manifestó su deseo de continuar a pesar de la eliminación sino que está elaborando su plan de trabajo para el año 2013. Eso sí, también sabe que cabeza pende de un hilo, porque si bien no escucha radios y no lee los periódicos, los ecos del cimbronazo sí le llegan…

¿Debe seguir Juan de Dios Castillo al frente de la Selecta? A título personal, creo que no. Pero no porque sea un mal entrenador o porque lo hayan eliminado sino porque no están dadas las condiciones mínimas para que continúe. A poco más de tres meses de haber asumido como seleccionador, casi se le ha acabado el crédito, algo tan vital para un entrenador como la gasolina para un automóvil. La silla del entrenador no tiene respaldo.

Y sin respaldo, cualquier esfuerzo será inútil. Ya no tiene respaldo de los jugadores, tampoco de la mayoría de la junta directiva de la Fesfut, del periodismo y mucho menos de la afición, que en varios sondeos ha señalado al Cuate entre los principales responsables de no haber pasado al torneo hexagonal final. Que siga así no tiene sentido, ninguno se siente bien en una casa donde nadie lo quiere y todos lo cuestionan…

Hay argumentos para sostener que el Cuate Castillo no es tan mal técnico como todos creen, sin embargo no tiene sentido desmenuzarlos porque ambiente está demasiado espeso para que continúe. Sin los jugadores de aliados ?salvo Eliseo Quintanilla, nadie abiertamente salió a defenderlo, y eso dice mucho- todo es más complicado. Y que quede claro que no estoy sugiriendo que hubo una conspiración, simplemente que el feeling no era el mejor.

Con el periodismo pasó algo similar. Casi todos le bajaron el pulgar, cuestionándole sus métodos de trabajo, su esquema de juego y hasta su visión del fútbol en general. Ni siquiera logró captar para su lado a “los enemigos de Israel”, que con el correr de los días también se volvieron sus detractores.

La afición, se sabe, lo condenó mucho antes de la eliminación: fue desde la noche del 2-2 ante Guyana en el Cuscatlán. Curiosamente era la primera vez que la mayoría de los salvadoreños veía jugar a la Selecta de Castillo, ya que sus tres juegos anteriores (Roma, Guatemala y Jamaica) no fueron televisados. Es decir, al primer partido ya había perdido el crédito de la gente.

Y también perdió mucho apoyo entre los federativos. Los mismos que hace poco más de tres meses lo veían como el entrenador ideal para comandar el barco, hoy lo ven como el principal culpable del naufragio, sobre todo porque sostienen que ellos le dieron todas las facilidades para prepararse de forma óptima -20 días seguidos para concentrarse, un buen premio de 300,000 para motivarlos- y no se logró el resultado.

Sorprendería que la Fesfut decida continuar con Castillo porque en un momento donde los federativos tampoco tienen demasiado crédito, lo más fácil es hacerle caso al clamor popular que pide “la cabeza del Cuate” y obrar a lo Poncio Pilatos.