Hay que cambiar la fórmula. Si nuestras autoridades siguen manejando el deporte como hasta ahora, el éxito no vendrá. Escasean ya atletas o generaciones “espontáneas”. Es la hora de invertir, pero la clave está en inyectar fortaleza en las bases, no en la parte alta de la pirámide.
Empiezo por el fútbol, porque es el deporte número uno de nuestro país. Aquí, la fórmula de manejar este deporte alrededor de la Selección Mayor, con casi todos los recursos girando alrededor del equipo absoluto, no ha sido una solución, sino un mal. Con esta repartición del presupuesto y, sobre todo, con esta visión, son las fuerzas básicas, las categorías menores, el fundamento de los futuros combinados mayores, los que terminan disputándose migajas. Se forman mal. Crecen mal.
Mejor, cambiemos la fórmula. Démosle prioridad a las fuerzas básicas, apoyemos su creación por parte de los equipos, pero en serio, con buenas canchas, equipo deportivo, entrenadores preparados, giras y fogueos adecuados, nutrición, educación, salud, etc. Es desde ahí que surgirá, a futuro, una Mayor competitiva.
Lo mismo pasa con el resto de deportes.
Hay que darle las herramientas a las federaciones, porque de su buen trabajo dependerá que surjan, luego, atletas de alta competición. Esa es la fórmula.Y no es cuestión de dinero, por necesario que sea. Es de visión.