Luego de la eliminación de Brasil 2014 se han buscado múltiples culpables, federativos, técnicos, jugadores, periodistas… cada quien tiene su porción en ese pastel pero la realidad es otra.
Como dato el ex técnico de la Selecta Rubén Israel, recién llegado al país dijo: “El fútbol salvadoreño tiene un agujero negro por falta de competencias formativas”. Más claro no pudo ser el uruguayo, es la realidad del fútbol salvadoreño. No tenemos fuerzas básicas, canteras o cómo quieran llamarlo.
Tampoco sabemos si la Fesfut tiene un plan para los próximos diez años, ni sabemos, en todo caso, si existe alguno. Todo indica que posibles clasificaciones a mundiales juveniles quedan en el limbo, en otras palabras, más fracasos.
Los últimos hechos reflejaron que en El Salvador los procesos (si podemos llamarles de esa manera) son para romperlos. Lejos de eso las máximas autoridades de nuestro fútbol no les importa la formación, se conforman con el surgimiento de jugadores a través de la generación espontanea. Están equivocados, esos futbolistas también necesitan una aprendizaje completo desde sus bases. Hay que aprender de México, ganador dos veces de mundiales a nivel juvenil, o Guatemala, que participó por primera vez en un torneo juvenil, clasificando a octavos de final como mejor tercero. La selección guatemalteca venció a Croacia 1-0, a pesar de que haber sufrido sendas goleadas de 5-0 y 6-0, y fueron eliminados por Portugal (1-0).
Aún esperamos que las autoridades hagan algo, porque la afición está cansada de cada fracaso, a pesar del apoyando incondicional. Si los federativos no se comprometen con la afición, deberían dar un paso al costado, dejar que otras personas, con mejor buena visión, cambien las cosas.
Nos gustaría ver un entendimiento entre Liga-Fesfut para la formación de fuerzas básicas, que exijan su creación, si queremos llegar, por primera vez, a un mundial juvenil y después regresar a una Copa del Mundo.
Para ello, creemos, pasarán unos 30 años más…