“Deben aceptar la situación que van a vivir, pero no les debe afectar”, dice un experto en psicología deportiva. “Si la ven, podrían liberarse o irse del partido”, concluye.
Jugar una final de una competición como la Champions es lo máximo para un futbolista. Es el sueño de cualquier jugador. Perdérsela por sanción, una de las situaciones más crueles, temidas y decepcionantes. Una de esas cosas que marcan. Pues bien, bajo esa amenaza vivirán durante 90 minutos -o 120 en caso de que se juegue prórroga- cuatro jugadores del Madrid -Ramos, Xabi, Higuaín y Coentrao- y siete del Bayern -Lahm, Badstuber, Luiz Gustavo, Boateng, Alaba, Kroos y Müller-.
Una situación lo suficientemente límite como para prestarle la atención que se merece por parte de Mourinho y Heynckes. Así lo piensa José Carrascosa, uno de los mayores expertos en España en la psicología del deporte: “Yo creo que una charla previa les vendría bien, no hay que dar nada por sentado. Haría un aparte con ellos, pero con la intención de quitarle importancia a la situación y de no generarles una psicosis. El entrenador debe asegurarse de que lo darán todo, que no estarán condicionados. El jugador debe entender que el éxito del equipo está por encima de lo individual, que se trata de llegar a la final y ganarla”.
Una versión de la situación idéntica a la que ofreció Mourinho durante la rueda de prensa previa al decisivo choque. El técnico blanco fue rotundo al respecto: “El jugador no puede ser egoísta. Lo importante es que el Madrid esté en la final. Yo firmo no estar en Múnich y quedarme en casa si el equipo juega la final. Espero que el árbitro tenga buen sentido y evite las amarillas evitables. El colegiado es un grande y sabrá interpretar las reglas del juego”.
Recuperando la opinión del experto, Carrascosa cree que con la experiencia que tienen muchos de esos jugadores, la presión de la amarilla no les afectará. “Creo que sabrán convivir con ello, que no le darán muchas vueltas. Por poner un ejemplo, esto es como los accidentes de tráfico. Cuando coges el coche puedes tener una colisión, pero no vas pensando en darte un golpe. El futbolista vive la presión de esta manera”, apunta.
BAJÓN DE RENDIMIENTO
Carrascosa, que trata a muchos deportistas y entrenadores de élite, destaca un peligro: “El riesgo es que disminuya el rendimiento por este problema. Si el jugador pierde durante el partido la sensación de jugar de memoria, de jugar como siempre lo hace, entonces peligra su potencia, que dé el máximo de su rendimiento. Y eso es peligroso. El jugador debe aceptar la situación que va a vivir, pero no le debe afectar”.
Lo que está claro que hay que desterrar de la mente de los jugadores son las protestas: “El jugador debe tener el propósito previo de no cometer errores en forma de quejas, de no cometer imprudencias en ese sentido”.
Y la pregunta del millón. ¿Cómo le puede afectar a un jugador ver la amarilla que les dejaría fuera de la final durante el partido? Carrascosa tiene claro que eso es algo que dependerá de la personalidad de cada futbolista. “Eso depende de la forma de ser de cada jugador, de su carácter. Se puede ir del partido por la frustración y por la decepción o le puede liberar y jugar mucho más a gusto tras quitarse la amenaza de encima”, comenta.