Alianza vivió un torneo crítico en el Clausura 2012. De aquel equipo que pasó bache y sanciones internas cuando estuvo el técnico Paredes, hay un jugador que no olvida su paso por la institución, el brasileño Willer Souza.
Él se retiró antes de finalizar el torneo. EDH contactó al jugador y éste habló algunas anécdotas.
“No puedo creer cómo pasé a ser una estrella y muy querido en Alianza, al extremo de que amenazaran de muerte (algunos aficionados). Me arrepiento haber regresado. Estaba mejor en Polonia, pero me venció el sentimentalismo por volver a un equipo donde lo tuve todo en prestaciones: buen salario y al día, apartamento, carro y hasta papeles migratorios en orden”, explicó Willer.
En su segunda etapa la pasó mal, dijo. “Encontré un equipo que tenía miedo de decir las cosas y cuando decidí irme me pagaron un mes y quedaron en el aire 15 días de trabajo. Para colmo, cuando pedí el pasaje aéreo no me lo compraron hasta Fortaleza sino hasta Sao Paulo. Para los que vivimos en Brasil sabemos que un pasaje entre estas dos ciudades cuesta de $300 a $400. Me tocó pagarlo de mi bolsillo”, dijo.
En cuanto a su situación migratoria, dijo haberla pasado mal. “Un mal recuerdo que guardo es que la policía un día me detuvo y hasta me pudo haber entregado a Migración porque no estaba en regla. Eso sucedió mientras caminaba por Multiplaza”.
En cuanto a su futuro agregó que tiene dos ofertas en la Liga Paulista. Pero agregó: “Me han llamado del recién ascendido Escuintla de Guatemala. Allí me movería si me dan una prima… en El Salvador estoy esperando una llamada del Águila. Sería el único equipo que me gustaría jugar, nunca más en Alianza porque me sentí maltratado en mi última etapa”.