Hoy jugó la Sub 17 ante Guatemala y pregúntenme cuántos aficionados habían viendo el partido. Según algunos colegas no menos de 40, y la mayoría, dicen otros, eran familiares de los jugadores. Lástima porque esa categoría está próxima a ocupar el lugar de la Preolímpica y luego, muchos de esos jugadores serán seleccionados mayores, primero Dios.
Pero el apoyo para ellos, actualmente, no aparece. Hablo de apoyo moral, de la afición, de los que pro mueven marchas para pedir destituciones, para pedir renuncias, esos, seguramente, estaban viendo lo goleada del Real Madrid al Mallorca, mientras nuestros muchachos jugaban contra Guatemala.
Da tristeza que muchos hablemos de rescatar el fútbol nacional y sólo nos acercamos al estadio cuando juega la Selección. Da pena que, incluso dirigentes y ex dirigentes, no le den importancia al fútbol nacional. Da lástima que incluso los medios de comunicación nos dejemos llevar por eso que le llaman “marketing” y el Real Madrid sea la estrella, aunque esté a miles de kilómetros de distancia y nunca sepa que existimos.
El fútbol nos dio la oportunidad ayer de demostrar que nuestras intenciones no son sólo del diente al labio. De que no somos oportunistas y sólo salimos cuando las cosas están calientes. La Sub 17 jugó casi a solas y los que promueven marchas ni cuenta se dieron.