En general, un penal bien ejecutado es gol, y penal mal pateado tiene muchas posibilidades de ser atajado o que se vaya afuera. Dicho esto, también hay que aclarar que sí hay cierta dosis de fortuna, más que en el juego en sí mismo. Pero bueno, de alguna manera hay que definir un partido que lleva 120 minutos igualado y por supuesto que es mucho mejor opción que lanzar una moneda al aire.
Metapán ha conseguido, mediante los tiros desde el punto penal, su corona número 7. Felicitaciones. Por supuesto que la merecen, de la misma manera que la hubiera merecido el Alianza. ¿El partido? Horrible. Espantoso. Demasiado presionados, consumidos por el ambiente exterior, no había espacio para el brillo, ni individual ni colectivo. Si era cierto eso de que venían observadores de Europa a ver el partido y llevarse jugadores, espero que hayan perdido el vuelo. De lo contrario, casi nada para rescatar.
De hecho, las finales, especialmente en El Salvador, son pésimamente jugadas, pero al menos tienen el condimento de la emoción. Esta vez con el agravante de que lo emotivo llegó recién sobre en el tramo final, en el último período del tiempo extra, donde se dieron los dos goles.
A decir verdad, no hubo demasiadas diferencias entre el campeón y el subcampeón, apenas detalles… El remate de Albarrán que alcanza a sacar Mondragón con la punta del pie, el penal de Montes que pega en el palo y sale, cuando pudo pegar y meterse… Pequeños detalles que definen un campeón, que determinan quiénes son los buenos y quiénes los malos, quiénes son los ganadores y quiénes los perdedores. Nadie lo explica mejor que Woody Allen en la escena final de esa maravillosa película llamada Match Point.
Para los albos, reincidentes en esto de perder finales desde los 12 pasos, quedará la sensación de injusticia por el penal no sancionado que reclamaron faltando tres minutos. ¿Fue penal? Creo que sí, no un penal de escándalo pero penal al fin… De haber sido en otro sector del campo (sobre todo fuera del área) o en otro momento del partido (en el primer tiempo), quizás lo hubiera cobrado. Pero en el 87?, no… Sé que el reglamento no habla ni de tiempos ni de espacios, sólo de jugadas, pero creo que no se atrevió. Le faltó coraje. Quizás no estuvo tan seguro… Hay que recordar que en la final pasada Aguila se puso en ventaja en la final con un penal muy polémico sobre Osael Romero que el propio Aguilar Chicas cobró.
¿La roja a Jonathan Barrios? Perfecta. El defensor tenía amarilla y comete otra falta para amarilla: es roja. Grave error del defensor, que supongo se olvidó que estaba amonestado. La falta de Héctor Mejía también fue para amarilla, la diferencia es que él no estaba previamente amonestado. Igual, el tema del arbitraje no justica que Alianza no se haya presentado a recibir las medallas en la ceremonia de premiación.
Con el resultado puesto, habrá que decir que Metapán tuvo sus méritos. Aprovechó su mejor oficio para manejar el partido, la jerarquía de algunas individualidades como Nico Muñoz, Paolo Suárez, Cheyo Quintanilla. Jamás se desesperó y, por sobre todas las cosas, tuvo mejor puntería a la hora de los penales.
También hay que reconocer lo de Alianza, aunque no haya sido campeón. Fue admirable cómo se repusieron al gol de Nicolás Muñoz, en algún momento jugando con uno menos y en otros con dos, ya que además del expulsado Barrios estaba Sean Fraser lesionado. De haber logrado la gloria en los penales, sin duda se resaltaría esa proeza. Ahora, sin embargo, del Alianza solo se hablará de los pelos pintados…