Claro que es importante. El futuro de la Selección Mayor de nuestro país depende de lo que ocurra ese 12 de octubre en el estadio Cuscatlán, cuando El Salvador se mida a los ticos.
Si gana estará en el hexagonal final hacia Brasil 2014, y continuaremos suspirando sueños mundialistas durante 2013. Si empata o pierde, esos sueños quedarán prácticamente tirados en el suelo, y con ellos los de todo un país.
No quiero restarle importancia a ese partido, pero es que debemos ver más allá. Nuestro fútbol no será el mejor si finalmente la Selecta avanza a Brasil 2014; pero sí llegará a ser el peor del área si no recapacitamos, si permitimos que el resultadismo y el cortoplacismo siga siendo nuestra guía y nuestro camino.
¿Cómo estamos formando a las nuevas generaciones? ¿Qué clase de preparación están teniendo las selecciones Sub 17 y Sub 20, que alistan participación en torneos eliminatorios? ¿Cuándo hará público la Federación su plan de preparación de estos seleccionados, si es que existe? ¿No se dan cuenta que ahí está la base para que no suframos penas hacia Rusia 2018, Qatar 2022, etc.?
Ojalá el entrendimiento Liga-Fesfut que ha habido para la Mayor existiera para crear fuerzas básicas, dar más minutos a jóvenes y mejores canchas.