La esgrima no fue su primer amor. Álvaro Guatemala siempre quiso jugar a eso de los ?mosqueteros?, pero antes había practicado baloncesto, sobre todo, y también tae kwon do y judo. Justo estaba cerca un examen para obtener la cinta café en la Universidad Nacional, adonde cursaba Administración de empresas, cuando se lesionó de la rodilla.
En esos días, unos amigos estaban practicando esgrima y a Álvaro le gustó la idea de ir a probar. La prueba duró una década en el deporte activo, y unos 16 años más en la dirección de la esgrima nacional?
?Así comenzó la broma. Eso fue en 1969. Tenía 18 años, ya era grande para las edades a las que ahora se comienza, pero no se me dificultó porque hacía deporte y porque es un arte marcial, como el karate do, el tae kwon do, es como hacer esgrima, solo que sin arma?, cuenta Guatemala.
En esa época, no había especialización en un arma en específico como ahora, en donde generalmente un atleta destaca y se desarrolla o en espada, o en florete o en sable. A él, como a sus compañeros, les tocaba con las tres. ?Hacíamos las tres armas porque los equipos eran bastante reducidos por la disponibilidad de armas, de la sala?.
Con la llegada del maestro y ahora presidente de la federación italiana de esgrima, Giorgio Scarso, en 1974, para entrenar, la situación cambió para Guatemala. Por su consejo se dedicó al florete y sable. De todas formas, lo que menos le gustaba, confiesa, era la espada.
Antes, en 1972, incursionó de manera más fuerte en el atletismo. La Universidad estaba ?tomada? y las armas quedaron dentro de ella. La frustración y la imposibilidad de seguir estudiando había que cambiarlas por otras actividades. Así que Guatemala se pasó al atletismo.
Había cerrado ya una academia que fundó en 1970, una escuela de esgrima que no le dejaba dividendos económicos, pero sí le permitía compartir su conocimiento, sobre todo, después de la participación que tuvo en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de ese año. Junto con amigos del deporte, se reunían en una casa de una amiga unos 40 jóvenes a practicar la esgrima.
Sin embargo, una vez en la Universidad y con más responsabilidades, incluida la impartición de clases, la academia cerró. Y cuando la UES también estuvo cerrada, no le quedó más que irse a correr.
?Siempre estuve con el equipo de la Universidad. Gané mucho en velocidad, sobre todo. Corría 100 metros, el 4×100 relevos en el que también participaba Rubén Quintanilla (gerente técnico de Indes), y en los 200 metros?, cuenta.
Para 1973, fue al Centroamericano, en donde ya el país obtuvo buenos resultados, aunque el ganador fue Guatemala. ?Solo fuimos como cinco o seis a hacer las tres armas. Se logró medalla, por equipos, y también logré individual?, recuerda.
Con la llegada de Scarso, la situación cambió y las metas también. La participación en los Panamericanos de México 1975 no dejó resultados inmediatos ? preseas ? pero sí experiencia y conocimiento, roce internacional que sirvió para ganar el Centroamericano de 1977. Y así fue. ?Barrimos en ese evento que se realizó acá en el país, en todas las modalidades, tanto en masculino como en femenino?, recuerda Guatemala, en, quizás, el último evento de nivel en el que participó, y en el que obtuvo medallas de oro por equipo en florete y sable.
Siguió compitiendo un par de años más, pero más que todo en intercambios con Guatemala. Scarso se fue en 1978 y Álvaro siguió dando clases en la Nacional. Para entonces, ya comenzaba a involucrarse de manera más fuerte en la dirigencia deportiva.
QUÉ HACE?
Cuenta que siempre estuvo involucrado en la dirigencia deportiva. ?Es que siempre me metían como vocal en la federación. Después fui presidente como tres años, allá a mediados de los 80 y luego estuve de 1990 a 2003. En total, como 16 años dentro de la dirigencia de la esgrima?, confiesa.
En 2003, cuando se retiró de la federación, algunos atletas querían que continuara. Inclusive, en el siguiente periodo le volvieron a intentar postular. No ha vuelto, pero se ha mantenido ligado a la esgrima como presidente honorario.
Bajo su dirección, ?nunca perdimos un Centroamericano. El primer compromiso fue hacer aquí los Centroamericanos en el 90. Montamos los Juegos y barrimos?, afirma.
Asimismo, estuvo en el Comité Organizador de los Juegos CA y del Caribe de San Salvador 2002. En 2004, llegó a la directiva del Indes. Mientras que en los 90 estuvo dentro de Comité Olímpico de El Salvador, como segundo vicepresidente en la época de Melecio Rivera.
Su carrera deportiva se prolongó como directivo hasta sumar 35 años. Sin embargo, nuevas responsabilidades le llevaron a alejarse eventualmente, aunque siempre llevó el trabajo de manera paralela al deporte. Desde 1990 fue director del Programa de Promoción de la Pequeña y Microempresa en la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades). Desde 1998, fue director administrativo de Fusades y siguió dentro del Programa. En 1999 llegó a la dirección ejecutiva de la institución, hasta la fecha.
Ahora, afirma tener metas personales, algunas ideas que quiere llevar a la práctica. Y cuando se le pregunta si está pensando en volver a la dirección deportiva, no dice un no rotundo, pero tampoco parece que lo maneje como una posibilidad real.