En los últimos días han aparecido ciertas declaraciones desde distintos ámbitos deportivos de El Salvador que están alejados de la realidad y muestran lo alejado que se está de la autocrítica . Asumir los errores es parte del crecimiento. Eso, en el deporte, a veces parece no existir. Tres ejemplos puntuales:
1) Desde el entorno de Rubén Israel se ha dejado entrever que el uruguayo supuestamente se ha ido y “ha dejado la eliminatoria encarrilada con buenos resultados”. Falso. Una más del entrenador que había arreglado para dirigir a Libertad de Paraguay antes de presentar su renuncia a la Azul, como ya quedó comprobado. Le contestó con firmeza el nuevo DT de la Selecta, Juan de Dios Castillo: “Su trabajo (el de Israel) fue deficiente ¿De qué buenos resultados me hablan? Un punto de seis”. Toda la razón para Castillo, quien perdió su paciencia por una causa justificada.
2) El presidente de la Federación de Atletismo, Ruiz Rodas dijo en el programa “El Desempate” que los propios atletas habían forzado el despido de Maca Medina como entrenador de marcha. Falso. El cubano había sido el guía de Cristina López en el única medalla dorada que tiene el país en Panamericanos y hoy está en la gloria con Guatemala y su presea olímpica con Barrondo. En su momento, los propios atletas le pidieron reveer la medida a los federativos, mientras Medina los seguía entrenando. En aquel entonces (septiembre de 2009), Ruiz Rodas dijo: “Si queremos trascender debe llegar otro entrenador. Como dirigente quiero trascender… podemos llegar con los marchistas a una medalla mundial u olímpica”. La que llegó fue Guatemala.
3) Los dirigentes de Águila, insólitos herederos de una práctica puesta en boga por Israel, le echan la culpa al periodismo de sus propios errores. En este caso, de su pésima organización en logística de viajes. Para jugar en Concachampions ante el Toronto, el equipo llegó el mismo día en la madrugada tras largo viaje. Fueron sin kinesiólogo ni utilero. Y hasta se habla que dejaron jugadores en el país. Resultado: goleada 1-5. Demasiadas ventajas. Su “autocrítica” fue que los periodistas habían “desinformado”. Insólito.
Cuando la culpa es siempre del otro, cuesta avanzar. Apuntar hacia otro lado para evitar críticas y señalamientos no es buen método. Y hacerse cargo de los errores es también parte importante del éxito deportivo.