QUE HIZO
Marcada por una vida con varios retiros, con un origen asiático, pero con amor verdadero como hija de El Salvador, y con un sinfín de títulos en su carrera en el tenis de mesa. Así se personalizaron 20 años del idilio deportivo de De-Hsuan Wang, tenismesista que se convirtió en carta fuerte de este deporte en los noventa.
Pero si su padre, Wang Shan Wu, no hubiese aceptado la propuesta de trabajar como entrenador nacional, la historia sería otra.
Y es que De-Hsuan cuenta que todo arrancó cuando su padre realizó “una gira por Latinoamérica” (1972) con un equipo de tenis de mesa. “Pasó por toda C.A., donde lo pedían como entrenador por uno o dos meses. Luego, se quedó en Guatemala, y después de un tiempo se vino acá, hasta que al final la embajada de Taiwán gestionó que diera sus servicios aquí. Y se quedó”, detalla.
En ese camino, la ex campeona llegó apenas de un año a Guate y, después, arribó a suelo cuscatleco cinco más tarde (6), para nunca más marcharse. Destino marcado.
A pesar de que el amor al deporte de la pelota saltarina era de familia, De-Hsuan y su hermana De-Ying llegaron a él gracias a la insistencia de su madre, doña Liang Chui Chan (Q.D.D.G), que también lo practicó.
“Mi mamá siempre le decía a mi papá: ‘Mire, ¿cuándo va a llevar a las niñas a jugar?’, porque ella también jugó un tiempo en Taiwán. Hasta que un día dijo: ‘llevalas a jugar, a hacer deporte’, aprovechando que él iba todos los días a la Federación. Fue así como comenzamos a ir a ver cómo era, fuimos aprendiendo y nos gustó”, rememora.
Lo máximo, en Maracaibo
De-Hsuan tenía 10 años. Y rápido llegaron los triunfos. A los 12, ya formaba parte de la Selección Mayor y en su primer C.A. ganó “oro en equipos y oro en dobles femenino, junto a Mayra (Fonseca)”. Y aclara: “En ese entonces, no habían torneos infantiles, juveniles, entrenábamos para la Mayor”.
A partir de ahí, vendría por añadidura su casta de campeona. Wang afirma que en 1991 le ganó, por primera vez, el título de campeona nacional a Fonseca. Pero desde 1994, nadie la batió como máxima representante del tenis de mesa femenino.
“Además, el primer logro que alcancé en Juegos C.A. fue en 1994, con tres de oro y una de plata, ya que el cien por ciento que podía lograr era cuatro medallas. Fue de lo mejor ese año. El mejor a nivel de la región”, señala.
En los de 1997, se colgó tres platas, en equipo, dobles mixtos (con Samuel Alfonso), dobles femenino (De-Ying) y bronce individual.
Después, añade: “El más importante fue en los C.A. y del Caribe de Maracaibo (1998), porque tuvimos plata en dobles (De-Ying)”.
En sus últimos años de carrera, la ex tenismesista se colgó plata (equipo) y bronce (dobles Morayle Álvarez), en los C.A. y del Caribe de 2002. Y cerró con bronce en dobles (De-Ying) en el C.A. y del Caribe de Cartagena en 2006.
El retiro llegó ese mismo año: “Fue el definitivo, por trabajo, sí me dio sentimiento, pero ya no podía dedicarle tiempo. En 1994, fue por estudios; en 2002, para sacar algunas materias que me hacían falta y por trabajo”.
QUÉ HACE
De-Hsuan Wang fue la típica atleta que combinó sus estudios con el trabajo. Pero, después de dos retiros, el tercero sí fue el que dio el punto final a su carrera: “Para ser realistas, si uno pudiera vivir del deporte, y si le gusta, por qué no. Pero aquí, no se puede. Cada minuto, día, cuentan para desarrollarse profesionalmente y hay que cuidar el trabajo. (…) era mentira que iba a poder continuar, o lo hacía bien o no”.
Actualmente, esta ingeniería industrial, graduada de la UCA, labora en LaGeo y manifiesta estar “feliz, porque tengo un trabajo. Voy a cumplir ocho años de estar en una empresa que genera energía geotérmica, vendemos energía eléctrica. Estoy en la Gerencia de Comercialización y mi puesto se llama Analista Comercial”. Según la ex tenismesista, ella realiza “los contratos, facturaciones, todo lo que trate de comercialización”.
Reconoce que, aunque “el deporte fue parte importante de su vida”, su faceta personal marcha bien: “Estoy comprometida, ya estoy algo grandecita, y me caso a final del año con Carlos Artiga (presentador de Pizarrón Deportivo, de Canal 12)”.
A pesar de que fue nacionalizada en 1997, la ex atleta se siente una cuscatleca más. Cuenta que “si no hubiera sido por algún fogueo, no hubiera conocido Taiwán (su tierra)”. Y afirma estar muy orgullosa de haber jugado para El Salvador.
Ahora, entre sus próximos planes, están los “de tener familia, poner algún negocio y aprender a tocar guitarra”.