Carne molida

[OPINI??N] Compadezco al próximo entrenador de la Selección Nacional de El Salvador. ¡Pobre! Lo hago desde ya, sin ni siquiera saber su nombre...

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Quien sea el timonel de la Selecta tendrá una dura tarea. Foto: EDH / ARCHIVO

Por Claudio Martínez / @martinezchino

2012-11-05 8:42:53

Da igual. Casi con seguridad que será un nacional, con la variante de que pueda estar viviendo aquí o en el exterior, o un extranjero pero formado como entrenador aquí. En teoría no habrá muchas sorpresas.

Entiendo el entusiasmo de Edwin Portillo, de Alberto Castillo, de Hugo Pérez, del Tuco Alfaro o de Mauricio Cienfuegos, por nombrar algunos de los que suenan para el cargo. Ellos tienen derecho a ilusionarse, para muchos ?especialmente para los dos primeros- sería un premio a sus trayectorias exitosas. Para cualquiera sería un orgullo dirigir una selección, y más aún la de su país. Pero, para mi gusto, el que la tome tiene todos los números para fracasar y dañar considerablemente su imagen.

Ante estas cosas, soy pesimista. Siempre prefiero imaginar el peor escenario. Si sale bien, pues mucho mejor… Dará gusto estar equivocado. Como verán, no hablo puntualmente de nadie ?todos los candidatos tienen un perfil diverso-, pero las condiciones están dadas para que al que venga le vaya mal. ¿Por qué? Porque no pasa por el entrenador, aunque sea éste quien termine pagando, con su imagen y su cargo, todas las malas decisiones que se han tomado en los últimos tiempos. Ojo, y aquí da igual si es un nacional o un extranjero.

El banquillo de la Selecta es una picadora de carne. Nadie sale bien librado de allí. Veamos los últimos tres casos… Todos llegan con el crédito abierto de la afición, pero de a poco se les va agotando. Recordemos a José Luis Rugamas, llegó como un hombre fresco, conciliador, mano derecha de De los Cobos… Y a los pocos meses, después de un amargo 2010 y comienzo de 2011 poco alentador, pasó a ser el enemigo público número uno de la gente. Menos de asesinato a sangre fría, le acusaban de todo: de ausencia de carácter, de mala relación con los jugadores, de desconocimiento táctico, de falta de experiencia. Incluso, recordemos, se le humilló llevándole a Juanma Lillo a Panamá mientras Rugamas dirigía en la Copa Centroamericana sin tener el detalle de, al menos, presentarlo. El Chelís se fue por la puerta de atrás…

Ruben Israel huyó del país, pero eso es una anécdota. Es cierto que en su ausencia, y ante lo que vino después, las acciones del uruguayo subieron en el inconsciente colectivo de la gente. Pero mientras dirigía era objeto constante de críticas (por otra parte normales para cualquiera que esté a cargo de una Selección), pero estaba lejos de ser querido por la gente. Le reprochaban que el equipo no jugaba a nada, que era un vende humo, que se la pasaba de vacaciones, que no mantenía un equipo base y que solo se les ganaba a los caribeños, y a veces hasta sufriendo. De hecho, no está de más recordar que de los últimos tres partidos de Israel, la Selecta logró solo un punto de 9 (derrota 3-0 ante Honduras, empate 2-2 ante Costa Rica y derrota 1-2 ante México).

Juan de Dios Castillo, al igual que los otros, recibió la bendición de la gente en su inicio, pero a cada partido iba perdiendo adeptos hasta quedarse sin nadie que le apoyase a tres meses de haber asumido. De él se ha dicho que es terco, que desaprovechó los tiempos de trabajo, que improvisaba a los jugadores en posiciones raras y que sus métodos eran obsoletos. Su imagen, como en los dos casos anteriores, quedó totalmente deteriorada.

Pero esto casi siempre ha sido así, o qué recuerdo tiene la gente del último entrenador que ganó algo internacionalmente en el fútbol salvadoreño. Haber logrado la medalla de oro en los Centroamericanos y del Caribe no le sirvió de mucho a Juan Ramón Paredes, que menos de 20 meses después de esa proeza fue despedido en medio de la Eliminatoria ante gritos de “sinvergüenza” y otros insultos.

¿Podrá alguno de los que venga cambiar la historia? Difícil. No imposible. ¿Pero qué ha cambiado? Si quien tome la Selecta lo hará bajo condiciones similares o peores que los anteriores. Porque ahora hay menos dinero en la Fesfut, menos posibilidades de hacer cosas y la exigencia ?al menos del público- será la misma de siempre. Que gane. Y cuando gane, además querrá que juegue bien.

Compadezco al que tome la Selecta bajo estas circunstancias: será carne molida en cuestión de meses. Por ser nacional o formado en El Salvador se le criticarán cosas que ya podemos anticipar. 1) que una cosa es dirigir en equipos de aquí y otra es la competencia internacional; 2) que no están actualizados; 3) que le falta nivel de Selección; 4) que hacen jugar a la Selecta como a un equipo chico; 5) que la táctica que eligen es la equivocada; 6) que no llaman a Fulano y por eso el equipo no funciona; 6) que no sabe hacer los cambios; 7) que los jugadores no lo respetan… Y más.

Se irá, al cabo de un tiempo, masacrado por la afición, desde las gradas y desde las redes sociales, con la autoestima por el piso y con la sensación de ser el peor entrenador del mundo, aunque por supuesto no lo sea.

Ojalá sea solo una visión pesimista de las cosas.