Noche amarga

El Salvador no le pudo ganar a Guyana y se complican las posibilidades de avanzar. Tras un primer tiempo eléctrico, la Selecta decayó y no tuvo respuestas

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Romeo Monteagudo no sale de su asombro tras el empate a dos tantos contra Guyana.

Por Gustavo Flores/@GUSFLORES21

2012-09-08 5:49:24

La Selecta jugó mal y no ganó. El peor escenario para el debut oficial del Cuate Castillo al frente de un equipo salvadoreño que se despidió de su público entre silbidos y reproches en una verdadera noche amarga en el Cuscatlán.

Después de un primer tiempo electrizante y de ida y vuelta, El Salvador perdió fuerzas en la segunda mitad y estuvo tan cerca de ganar como de perder. Al final fue un empate: un mal resultado que no se transformó en ?pésimo? por el triunfo de México ante Costa Rica, que todavía le da algo de vida a la Azul. Sin embargo, El Salvador deberá mejorar y mucho para intentar ganar en Guyana y después salir victorioso en el Cusca ante Costa Rica. En el juego debe pero esperanzas, quedan.

Con algunas sorpresas que se venían anunciando en el equipo titular (Darwin Cerén de lateral derecho, Cheyo como ?9? y Burgos abierto por la izquierda), fue un arranque vertiginoso el que mostró el equipo del Cuate Castillo. Rafa Burgos puso un pase perfecto para Isidro que aprovechó un quedo en la marca y definió al gol ante la deficiencia del portero Reynolds. Pero no fue sólo eso el inicio azul: enseguida tuvo otra Isidro solo y Osael probó desde afuera del área muy cerca. Parecía que El Salvador se encaminaba a un buen partido.

Pero fue un espejismo de 15 minutos. Porque en un contraataque perfectamente ejecutado, Guyana puso el sorpresivo empate. Buen pase del veloz Richardson para la definición impecable de Treyon Bobb. Allí se empezaron a descubrir las primeras falencias en la última línea azul. Apenas 15 minutos y dos goles.

Cuando el partido se calmó, se vieron las intenciones del local: presionar la salida del rival, aprovechar la poca técnica de los defensores sudamericanos, jugar la pelota a ras de piso y buscar la punta derecha para aprovechar las limitaciones de Walter Moore. Dennis Alas se fue haciendo ?patrón? de la media cancha y Cheyo se retrasó unos metros e intentó juntarse con Osael y Christian Castillo.

Una navaja en la cancha
El árbitro central Jahir Marrufo, de Estados Unidos, encontró de forma sorpresiva una pequeña cuchilla en el centro del campo cuando se disputaba el segundo tiempo del partido entre la Selección Nacional y Guyana. Esto resultó muy extraño, no fue arrojada de la tribuna.

Cuando lo logró se vieron los mejores pasajes del fútbol azules. Y justamente de la punta derecha nació el segundo gol. Triangulación de Cheyo-Isidro-Osael para la definición del volante de Águila libre de marca en el área chica.

Pero nada de esas buenas intenciones se pudieron mantener en la segunda mitad. La visita tomó bien las marcas de Cheyo y Osael, en tanto Castillo ya no fue el mismo. Entonces, la generación de fútbol nunca llegaba. Guyana se animó cada vez más y desnudó los problemas de El Salvador a la hora de armar el juego. Se perdieron muchas pelotas cuando se intentó salir jugando desde el fondo. Y los pelotazos de Dago Portillo empezaron a ser la única alternativa de un equipo que en la previa proponía justamente lo contrario: no tirar pelotazos.

El estado físico salvadoreño mermó en la segunda mitad y los caribeños lo sintieron. Por eso fueron a presionar cada vez más arriba.
Ante los problemas y la falta de soluciones, los cambios de Castillo se retrasaron demasiado: Jaime Alas fue el primero en ingresar y tuvo su chance. Un remate suyo fue una de las pocas ocasiones de la Azul en la segunda mitad: se estrelló en el travesaño.

Después pudo poco y nada. Además de ese remate, un cabezazo sólo de Isidro que se fue por arriba y listo. Nada más que contar del lado salvadoreño. Muy poco para un equipo que necesitaba ganar y que tampoco recibía estímulos desde el banco, que no se movía…

El público empezaba a impacientarse y los propios jugadores también. Se trataban de abrir espacios con remates de media y larga distancia pero con poca puntería. Así, El Salvador fue preso de su propia desesperación y Guyana, que hizo su negocio, se vio mejor y a punto estuvo también de ganar el juego en un par de contraataques.

Para el final, lo insólito. Un cambio de El Salvador en el tercer minuto de descuento. Y para poner un defensor (Monteagudo) por un volante (Osael). Nadie lo entendió y Juan de Dios Castillo no lo explicó por la suspensión de la conferencia de prensa. Fue cuando la gente terminó de reaccionar contra el técnico y sus jugadores. Quizás demasiado castigo para un técnico que no tuvo tiempo de trabajo (ante la huida de Israel por un puñado de dólares) y para unos jugadores que dejaron el alma en la cancha. Aunque sólo con eso no se gane.