Se equivocó la Fesfut, hace meses, cuando permitió que la relación entre técnicos de selecciones nacionales se convirtiera en un infiernillo. Lejos de haber camaradería y apoyo, entraron los dimes y diretes.
Ahí empezó la bola de nieve. Ahora, gigante.
Luego, las fuertes palabras de Israel. Para mí, puede decir lo que quiera, siempre que guarde el mismo principio que él exije a sus detractores: Que no pasen al insulto. Él sí insultó. Hablar de malnacidos es una ofensa. Lo grave fue que no especificó a quién se refería.
Después, el exabrupto de Jaime. Con todo respeto a “Chelona”, el cortar el salario del DT como medida de presión, para obligarlo a que pida una disculpa que, en todo caso, sería forzada, no abona. Entre medio, lo que existe en realidad es un corte en las relaciones amables entre Indes y Fesfut, con los $1.8 millones de presupuesto gubernamental de por medio. El gran prisionero, en medio de tal disputa, es nuestro fútbol.
Y lo del “Mágico”, como cereza. Ojo: Si un empleado no cumple su trabajo, ¿se le debe pagar? Pero veamos más allá: ¿Por qué Jorge se alejó de su labor como asesor en selecciones? En los corrillos de la Fesfut, se habla de que se le faltó el respeto al ex FAS y Cádiz, quien optó por alejarse y no pelear. Para mí, a Jorge no se le puede tratar como a cualquiera, aunque tampoco se le puede permitir indisciplina. ¿Más fallos? Ya vienen…