OPICO. De “chicos”, el mote, porque en cuanto al fútbol, al menos en la primera jornada, Juventud I. y 11 Municipal fueron mejores que muchos llamados “grandes”.
Los cuadros de Opico y de Ahuachapán dejaron un buen sabor de boca por el volumen y toque, el primero, y por la efectividad, el segundo.
Fue un juego de ida y vuelta, en el que los dirigidos por Ramón Sánchez tuvieron más la pelota y la trataron mejor, pero siempre tuvieron que remar contra corriente porque los pupilos de Leonel Cárcamo no parecían ser un equipo rearmado recientemente.
El cuadro canario no se escondió y salió, como visitante, a tratar de proponer también, con la figura del colombiano Camilo Mejía como nexo entre los delanteros, más las subidas de Ronald Pimentel y Ever Díaz, por las bandas.
Juventud, en cambio, basaba su fútbol en una construcción más lenta pero precisa. Los hermanos Cerén y Yuvini Salamanca se juntaban en el medio para hacer una serie de paredes y toques. Era una estrategia de encontrar espacios y abrir al rival para buscar el momento oportuno.
Los oportunos fueron los visitantes, que aprovecharon que Mario Morales había salido lesionado (ver recuadro en página anterior) y la Juve se encontraba con un hombre menos para irse al frente.
Era el 10? y un despeje del meta Julio Martínez llegó a la zona baja, donde Lucas Marcal peinó y prolongó el balón. De volea, Camilo la prendió de derecha para marcar un gol que, de haber sido marcado por Cristiano Ronaldo o por Messi, era portada en muchos países.
Irving Valdez se puso celoso, quizás, porque el de la Juve firmó otro golazo sobre el 18? para emparejar las cosas. La robó Óscar Cerén en el medio y se la dio al joven y preseleccionado nacional (estuvo entrenado bajo el mando de Mauricio Alfaro con la Sub 23), que arrancó en velocidad y arrastró marca. Fuera del área, con presión, sacó un tremendo disparo inatajable.
Antes, el cuadro canario pudo irse al frente si el réferi Noé Melgar hubiese visto la falta en el área de Christian Esnal sobre Hernán Durán. Terminó en amarilla porque el juez consideró que el delantero del equipo ahuachapaneco se tiró a la piscina.
El juego se calentó porque ni el central ni los líneas mantenían un mismo criterio, pero pudo más el fútbol, el de ambos, para dejar las patadas.
Después del empate, la Juve mereció mucho más. Al 20?, se le fue arriba un cabezazo a Juan C. Reyes. Y al 27?, el travesaño le negó el tanto al veterano. Dos más tarde, Irving barría en un centro, pero no le entró bien al balón.
Todo era de Juve. Hasta que en el 31?, una supuesta mano (dudosa) de Juan Granados (amarilla) terminó en otro golazo. Glauber Da Silva cobró potente y al ángulo el tiro libre para el 1-2.
En el complemento, la Juve de nuevo manejó los tiempos. La tuvo al 50? Óscar Cerén, pero el meta Martínez le tapó en el mano a mano. En el cobro del tiro de esquina, Irving les ganó a todos en el primer poste para marcar con la cabeza la igualdad.
Seguían llegando los opicanos, pero seguían sufriendo abajo. En un tiro de esquina (57?), el meta Wílber Ramírez dejó un rechazo corto en el área, para el remate de Óscar Jiménez. Lo tapó, pero era muy potente, y Hernán Durán empujó el balón suelto. De paso, le dejó un recuerdo en la nariz al arquero.
Juventud no se iba a rendir. Al 71?, dejaron conducir a Yuvini, quien, desde fuera de área, preparó, apuntó y puso el balón en el ángulo para el 3-3. Iba por el gane, pero Granados recibió la otra amarilla al 78?. Aún así, Valdez tuvo dos más, de cabeza, para ganar.
No fue. Al final, divisiones de honores y de buenas sensaciones entre los “chicos”.
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- Con una sonrisa