LAS VEGAS. Kevin Durant no puede ocultar la decepción que sufrió en la final de la NBA. Y ahora, se topa con LeBron James, uno de los principales responsables de su amargura, cada vez que entra a la cancha.
La final terminó en Miami hace apenas unas tres semanas, cuando James celebró al fin un título y sólo hizo una pausa breve en su festejo para dar un abrazo de consolación a Durant, el jugador derrotado.
Durant admite que le causa cierta molestia llegar al gimnasio y encontrarse cada día a James.
“Sí, sí, pero no hay nada que hacer”, dijo Durant el martes. “El es ahora mi compañero. Soy un jugador que busca lo mejor para el equipo. No puedo permitir que esto me afecte. Hay algo más importante. Es difícil perder la final y jugar junto al tipo contra quien que perdiste en cinco partidos. Trato de superar esto y sigo siendo un buen compañero”.
Kobe Bryant estuvo en la misma situación que Durant hace cuatro años. Debió sacudirse la decepción de una derrota en la final frente a los Celtics de Boston para concentrarse en su participación en los Juegos Olímpicos. Consideró que es normal que un jugador no quiera volver a las canchas durante algunos días, pero señaló que Durant ha tenido tiempo suficiente para reponerse.
“Pero… yo no tuve que jugar en la selección olímpica con Ray Allen, Paul Pierce y (Kevin) Garnett), dijo Bryant, respecto de las figuras de los Celtics. “El tendrá que ver a LeBron todos los días. Yo no tuve que hacer eso, así que no sé si podría tolerarlo. Probablemente yo trataría de destruirlo cada día del entrenamiento para reivindicarme un poco”.
James y Durant son en realidad amigos. James invitó a Durant a entrenar con él a mediados del año pasado en Ohio. Ello marcaría la diferencia, según Bryant, uno de los competidores más fieros de la NBA.
“Si son amigos, eso está bien”, dijo Bryant. “Pero una vez que comienzas a jugar, creo que yo iría tras él. No hay otra posibilidad”.
El propio James sufrió la desazón de una derrota en la final del año pasado. Dallas venció al Heat en la primera temporada en que Miami contaba con James, Dwyane Wade y Chris Bosh juntos. La experiencia fue particularmente difícil para James, que tuvo un mal desempeño en el cuarto periodo de los partidos de la serie. Ello derivó en que arreciaran las críticas que el astro había enfrentado desde un año atrás, cuando decidió marcharse de Cleveland.
James difícilmente quería hacer algo en los días posteriores a aquella derrota, y coincidió en que le hubiera disgustado el tener que jugar a mediados del año pasado junto a Tyson Chandler, el entonces pívot de los Mavericks. Así, sabe lo que estaría sintiendo Durant.
“Esto le molesta”, dijo James. “Apuesto a que le molesta a él y a (Russell) Westbrook. Ustedes saben que ellos quizás no quieren oír sobre esto. Algo así me molestaría y sería desagradable para cualquiera que haya perdido una final, donde todos compiten el más alto nivel y quieren ganar. Resulta que, después de todo eso, tienes que formar equipo con quienes perdiste, no mucho tiempo después de que te vencieron”.