Isidro Metapán tardó en llegar a la ciudad, pero esa espera valió la pena porque los habitantes de la ciudad de la cal vitorearon a sus campeones como seis veces antes lo habían hecho.
En el camino pasaron muchas anécdotas que quedarán en el recuerdo de los jugadores. El paso por Santa Ana tuvo una dificultad ya habitual. ?Nos tiraron piedras cuando pasamos por Santa Ana, pero no quebraron los vidrios del bus. Menos mal que íbamos escoltados por la policía?, contó Paolo Suárez.
Este jugador fue el amenizador del festejo porque cuando llegó el momento de subir a la congabús pidió el micrófono y no lo soltó hasta que se acercaron al parque.
Mientras el equipo jaguar seguía su recorrido, al técnico Edwin Portillo se le invitó a bailar con la canción Gangnam Style de fondo. Claro que no hizo los pasos originales, pero sí complació a quienes le pidieron salirse del libreto.
Los aficionados hicieron su parte y redondearon la noche al recibir a sus jugadores con quema de pólvora, los niños esperaban a la orilla de la carretera, unos con tenedores y cucharas para hacer ruido.
Ya en el parque la fiesta continuó por una hora. Hubo palabras, fotos… Alegría pura.
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