Para muchas personas tener problemas de laringitis o esofagitis es cosa normal y poca atención ponen a las llamadas de auxilio que su cuerpo hace para decir que su garganta y esófago están en peligro.
El síntoma más recurrente entre las personas que desarrollan cáncer de esófago es la dificultad para tragar o el enfermo tiene la sensación que “la comida se queda atorada”. Esta sensación va empeorando lentamente y sin notarlo el esófago se va haciendo más estrecho cada vez, más y más.
La enfermedad se presenta con más frecuencia entre los hombres y aumenta conforme son mayores. El cigarro es definitivamente un factor común entre quien lo padece así como el consumo de alcohol , la obesidad y los antecedentes familiares.
El cáncer de esófago también está relacionado con el VPH (virus de Papiloma Humano) y el cáncer de garganta, ano y cuello uterino.
Estas son las 7 señales que incrementan tus posibilidades de desarrollar cáncer de esófago.
- Ronquera
- Tos crónica
- Vómito
- Hipo
- Pulmonía
- Saliva con sangre
- Tomar líquidos y alimentos muy calientes o irritantes
Las señales de alerta roja son:
1. Desde molestia hasta dolor al tragar y pasar los alimentos
Se inicia con un poco dolor pero en cuestión meses, duele mucho el paso de cualquier alimento, la persona come despacio y al tragar el bocado hace señales de molestia, respira y se lo piensa para tomar otro bocado.
2. Cambiar la consistencia de los alimentos
Quien lo padece con frecuencia no se da cuenta de lo que le está sucediendo y son otros, los que comienzan a notar que algo malo sucede.
La persona enferma, al sentir dolor deja ciertos alimentos y busca los suaves, que se deshagan en la boca o purés y cremas.
3. El paciente deja los alimentos sólidos
Hay algunos que simplemente dejan el sólido, muelen todo y lo beben o cambian a jugos, agua, caldos y gelatinas, que por cierto pueden ser muy refrescantes y descansar el esófago.
4. Producir poca saliva o saliva muy espesa
Al cambiar la consistencia de los alimentos, la saliva se transforma y el paciente tiene la impresión de que su saliva no logra hacer el paso del bolo alimenticio más fácil por el esófago.